Estefanía de Mónaco siempre ha sido considerada la ‘princesa rebelde’. A pesar de ser Alteza Serenísima desde que nación, Estefanía siempre ha querido hacer las cosas a su manera y, aunque en ocasiones no ha podido evitar convertirse en el centro de todas las miradas y las críticas, siempre ha intentado seguir su propio camino.
Su vida ha estado llena de momentos felices, pero también ha tenido que enfrentarse a otros que no han sido nada buenos, todos ellos han ido marcando y dirigiendo su destino.
Los momentos que han marcado la vida de Estefanía de Mónaco
Estefanía siempre ha sido fama de rebelde y, aunque no está demasiado claro cuándo empezó a ser así, ya con 16 años fue expulsada del Liceo Dupanloup, el centro privado en el que estudiaba en París, por "demostrar un comportamiento incompatible con las normas de la institución".
Tan solo un año después, en 1982, tenía que enfrentarse al peor momento de su vida. Su madre moría en un accidente de tráfico en el que ella también estuvo involucrada y del que se dijo que habría sido la responsable.
Decidió buscarse a sí misma y probar suerte como cantante, sin duda una gran elección porque su primera canción fue un gran éxito y llegó a conseguir un disco de oro. Llegó a grabar un segundo disco, pero nunca consiguió el mismo éxito.
Debido a su éxito como cantante (y su estatus de princesa, claro), necesitaba un guardaespaldas durante su gira promocional. Así es como entró en su vida Daniel Ducruet, quien se convertiría en su marido y padre de dos de sus hijos, Louis y Pauline.
Daniel fue el responsable de otro de los momentos que supusieron un punto de inflexión en la vida de Estefanía. Pillado por las cámaras de un fotógrafo siendo infiel a su mujer con una bailarina, las imágenes dieron la vuelta al mundo y llenaron portadas de revistas. La pareja decidió separarse.
En 1998 nacía su tercera hija, Camille Gottlieb, fruto de su relación con otro guardaespaldas, Jean Raymond. Con él nunca llegó a casarse, por lo que Camille no forma parte de la línea de sucesión.
Mónaco siempre ha tenido una relación especial con el circo y Estefanía lo llevó mucho más lejos durante su relación con el domador Frando Knie, con él estuvo un par de años y durante ese tiempo le acompañó en sus viajes por Europa en caravana, cuidando de los elefantes. Sus hijos incluso formaron parte del espectáculo.
En 2003 se casaba de nuevo, en esta ocasión, con el acróbata Adans Peres, una década menor que ella. Su relación fue amor a primera vista, aunque el matrimonio apenas duró un año.
La muerte de su madre fue para ella un duro golpe, las circunstancias fueron complicadas y ella era muy joven, pero la muerte de su padre en 2005 no fue menos sencilla para ella. Habían estado muy unidos desde siempre.
Desde hace bastante tiempo la vida de Estefanía está marcada por la calma y la dedicación a su labor solidaria. Se ha convertido en un gran apoyo para su hermano, sobre todo tras la enfermedad de Charlene, y también para sus hijos, que ya hacen su vida. En 2023, Estefanía se convertía en abuela por primera vez, Louis Ducruet y Marie Chevallier daban la bienvenida a su primera hija.