El domingo 14 de julio era un día señalado para el deporte español. La tarde comenzó con la final del torneo de tenis de Wimbledon, en la que Carlos Alcaraz se impuso a Novak Djokovic y recibió el trofeo de manos de la princesa de gales. "Yo ya he hecho mi trabajo", afirmó el murciano al ser preguntado por la final de la Eurocopa entre Inglaterra -país que acoge Wimbledon- y España, que se jugaría horas más tarde en Alemania. La pelota ahora estaba en el tejado de los de Luis de la Fuente para hacer 'doblete'. Y allí, en Berlín, ya se encontraba el rey Felipe y la infanta Sofía, para apoyar a la selección, un sustento por parte del monarca que el conjunto español ha recibido desde el principio de la competición, cuando el esposo de la reina Letizia les visitó en la fase de grupos.
Pero en esta ocasión el rey no acudió sólo, sino que la infanta Sofía, una gran aficionada al fútbol, lo quiso acompañar, y no es la primera final que presencia la hija pequeña de los reyes pues ya estuvo en el último partido de la Copa del Rey de 2023, en la Cartuja de Sevilla, junto a su padre. Por otro lado, en la final de la Selección de Futbol femenina, el pasado verano, viajó con su madre a Australia.
Esta vez, la infanta ha acudido ataviada con un pantalón rojo, como guiño al color identificativo de la selección, mismo tono que teñía la corbata del rey. En el palco ambos han compartido momentos de tensión con Guillermo de Inglaterra, que junto a su hijo mayor, el príncipe George acudieron a animar a los suyos. Durante el emocionante encuentro en el que comenzó adelantándose España con un tanto de Nico Williams, se pudo ver el rey y a la infanta compartiendo confidencias, espontáneos gestos y la alegría por ese pasito que acercaba a 'La roja' al triunfo. De la misma forma, cuando los adversarios igualaron el marcador, se percibió la seriedad y el semblante se tornó mucho más agrio en ambos.
Pero llegó el tercer gol del encuentro para adelantar a España en el marcador a cuatro minutos del fin del partido. Y entonces, a sabiendas de que el partido estaba ganado, la hermana pequeña de Leonor, no pudo evitar una gran carcajada de júbilo y comentó la jugada de Oyarzabal con su padre, quien le devolvió el gesto. El doblete de España en esta tarde de mediados de julio era una realidad.
Hecho el trabajo, tocaba el momento de la ceremonia de entrega del trofeo. Tras la protocolaria entrega de la plata a lo vencidos, uno por uno los del conjunto español fueron subiendo al podio para recoger el fruto de su trabajo, momento en el que el rey Felipe tuvo unas palabras de afecto para cada uno de ellos. Además, el monarca se fundió en abrazos y apretones de manos con los jugadores que habían conseguido el triunfo para España, convirtiéndola en la selección que más Eurocopas tiene en su haber, cuatro.
Después de que Álvaro Morata, capitán del equipo -y uno de los jugadores más criticados del torneo-, levantara la copa, el rey se unió a los jugadores y el cuerpo técnico para realizar una foto para el recuerdo. Con la mano, el monarca le hizo un gesto a sus hija para que se uniera al retrato y así Sofía se unió a ellos.
Después, los jugadores le entregaron la copa al rey, que quiso dársela a su hija para que la levantara, pero ella, que se mostró retraída, en una situación en la que no está acostumbrada a estar, prefirió que fuera su padre el que elevara el trofeo.
El rey Felipe, con una amplia sonrisa en la cara levantó la copa ante el aplauso de su hija y los gritos de euforia de los jugadores demostrando con espontaneidad que es un triunfo que realmente le ilusiona.
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