Parecían una pareja sólida, capaz de hacer frente a todo lo que la vida les pusiera por delante, pero finalmente el matrimonio formado por Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin llegaba a su final y lo hacía para sorpresa de muchos, que no esperaban que esto fuera a suceder.
La pareja daba por finalizado su matrimonio, no así su familia, algo que afirmaba el segundo de sus hijos ante las preguntas de la prensa tras conocerse la noticia. El joven capeaba el temporal como podía y aseguraba que seguían siendo una familia y como tal afrontarían este nuevo devenir de los acontecimientos.
Un punto de inflexión en la vida de los cuatro hijos de la infanta Cristina e Iñaki, que van cumpliendo etapas de su vida y convirtiéndose en unos jóvenes que han hecho de la discreción su mejor arma.
Juan Valentín es el mayor de los cuatro y quien acaparó todas las miradas cuando su padre tuvo que ingresar en prisión. Él optó por mantenerse al margen, sin declaraciones ni polémicas. Juan cumplirá 24 años en septiembre, muy centrado en su trabajo como ayudante de producción en una empresa de organización de eventos de la Extreme E de Alejandro Agag. Siempre ha mostrado un carácter discreto y una gran conciencia social, ha sido voluntario en varios países.
El más conocido del clan es también el único que ha querido seguir los pasos de su padre en el mundo del deporte, Pablo Nicolás quiere dedicarse al balonmano y parece que no le va nada mal. Ha jugado para el Barça y después fichó para el Fraikin Granollers, es consciente de que las comparaciones con su padre son inevitables. “Prefiero pensar en lo mío, mejorar como jugador y ver hasta dónde puedo llegar. No me gusta que la gente me compare, pero entiendo que se haga”, dijo para EFE. Estudia Sport Management y sale desde hace tiempo con Johana Zott, a quien conoció mientras estudiaba en el Liceo francés.
Si Juan y Pablo intentan llevar una vida discreta, Miguel lo ha conseguido con creces, convirtiéndose en el más desconocido de todos los hijos de la infanta. Tras finalizar sus estudios en Ginebra, donde residía junto a su familia, decidió trasladarse a Londres para estudiar Ciencias del Mar, que ya ha finalizado. Todavía se desconoce si se quedará en Londres, regresará a Suiza o se mudará a España. Le gustan los deportes de mar, como la vela y el surf y también la música.
Irene es la más pequeña del clan y también la única fémina entre los hermanos. De momento ha finalizado sus estudios de bachillerato y está en ese momento decisivo de la vida en el que tendrá que decidir hacia dónde encaminar sus pasos. Se dice que podría continuar su formación en École Hôtelière de Lausanne, porque la joven añadió las siglas de este centro especializado en hostelería a su biografía de Instagram.