En enero de 2022, la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin decidían confirmar el final de su matrimonio a través de un comunicado conjunto a la agencia EFE en el que aseguraban que esta era una decisión de “interrumpir su relación matrimonial” se había tomado "de común acuerdo". Iñaki rehacía su vida junto a Ainhoa Armentia y la infanta continuaba con su vida en Ginebra.
La pareja, que sellaron su amor con una gran boda celebrada en Barcelona en 1997, ponía fin a su matrimonio, pero no a los lazos familiares que habían entretejido a lo largo de todos esos años. Las primeras pistas de que la familia estaba por encima de esta relación de pareja las daba su hijo Pablo, el primero en enfrentarse a la prensa tras darse a conocer la noticia.
“Son cosas que pasan. Nos vamos a querer igual”, eran las primeras palabras que pronunciaba Pablo frente a las cámaras tras hacerse pública la noticia, y parece que no se equivocaba, pues la familia ha sabido mantener la cordialidad a pesar de lo complicado de la situación.
No solo los hermanos con sus padres, Juan, Pablo, Nicolás e Irene han sabido apoya a ambos a partes iguales, manteniéndose siempre al margen de posibles conflictos, por lo menos de cara a la galería; también la expareja, entre ellos, han mostrado que son más que capaces de ser cordiales y amables y, en el caso de la infanta Cristina, esto ha quedado claro al reunirse con la que fuera su familia política.
A punto de cumplir los 90 años, Claire Liebaert sigue siendo un pilar fundamental para su familia. Ella siempre se ha mantenido en un discreto segundo plano, apoyando a los suyos, sin mostrar abiertamente sus opiniones de lo que estaba sucediendo, ni siquiera en los momentos más complicados de la vida de su hijo, cuando tuvo que ingresar en prisión para cumplir la pena impuesta.
Momentos complicados para toda la familia, que supieron mostrarse unidos, también la infanta Cristina, quien estoica, nunca bajó la guardia y siempre se mostró de parte de su marido. Tal vez esta actitud sea la que ha llevado a su exsuegra a no dejar que los problemas en la pareja afecte a su relación con la Infanta.
Claire y doña Cristina parecen llevarse a las mil maravillas y el divorcio no ha cambiado eso en absoluto. De hecho, si Liebaert mantiene una relación cercana con su hijo, no es menos cercana la que mantiene con su exnuera, a quien ve siempre que tiene ocasión. A lo largo de los últimos meses se ha podido ver a ambas mujeres compartiendo tiempo y confidencias, acudiendo juntas a los partidos de Pablo e incluso tomándose de las manos, en un gesto de cariño y complicidad.
El vínculo que han creado durante el tiempo que Cristina e Iñaki fueron pareja no se ha roto ahora que ya no lo son. Las vacaciones familiares junto a Claire eran un indispensable de sus veranos en Bidart y ahora, aunque sin Iñaki, ambas parecen querer seguir compartiendo su tiempo.