Los últimos meses han marcado un importante hito de las dos hijas de los reyes Felipe VI y Letizia. La princesa Leonor y la infanta Sofía habían comenzado a tener un creciente rol institucional en los dos últimos años, pero desde que la heredera al trono alcanzase la mayoría de edad, su proyección pública se ha multiplicado. También, de forma paralela y más reducida, la de su hermana menor. En las últimas semanas hemos visto a ambas en distintos acontecimientos deportivos. Y se produce una curiosa coincidencia: la presencia de la infanta en una competición se ha convertido en una suerte de talismán para España en lo deportivo, con algunas excepciones. Lo analizamos.
Las dos hijas de los monarcas españoles vivieron una infancia y una adolescencia relativamente tranquilas y alejadas del foco mediático, salvo situaciones concretas en actos oficiales y celebraciones familiares gracias a las cuales pudimos comprobar cómo ambas iban creciendo. Desde que Leonor finalizase sus estudios de bachillerato en Gales, donde estudia ahora su hermana, comenzó su formación militar, cumplió los dieciocho y juró la Constitución. Una sucesión de acontecimientos que aumentó de forma natural su exposición y relajó las cautelas anteriores en torno a su privacidad.
Y de forma similar ha ocurrido con Sofía. Aunque la benjamina de los reyes es todavía menor, su presencia también se ha disparado de un tiempo a esta parte, en su caso, desde que se celebrase su confirmación en mayo de 2023, siempre en un segundo plano con respecto a Leonor. El pasado verano la pudimos escuchar por primera vez hablando en público. Y en los próximos meses, de hecho, protagonizará su primer acto en solitario en el que será un importantísimo paso adelante para ella.
En todo este tiempo, además de en actos institucionales y protocolarios, la hemos visto en otro tipo de eventos que le despiertan un especial interés personal: las competiciones deportivas. Aunque no son muchos los detalles que se conocen sobre las aficiones de las dos hermanas, sí es sabido que la infanta es amante del deporte y, más concretamente, del fútbol, que ha practicado incluso. En partidos de esta modalidad, pero también en enfrentamientos de otras disciplinas, como está ocurriendo ahora durante los Juegos Olímpicos de París 2024, la hemos visto disfrutando desde las gradas.
Y lo cierto es que su presencia en competiciones ha traído una especial suerte para las aspiraciones de los deportistas españoles. Pasó, el pasado verano, durante la final del Mundial de fútbol femenino, cuando acudió junto a su madre y la selección española ganó el torneo. También en la última Eurocopa, cuando se desplazó con el rey a Berlín y la Roja se acabó imponiendo a Inglaterra, con una infanta vergonzosa evitando alzar el trofeo durante las celebraciones sobre el terreno de juego.
Lo mismo está ocurriendo en estos días de deporte en la capital parisina, a los que se está desplazando puntualmente la familia real. Además de ver a Felipe y Letizia en una ceremonia de inauguración pasada por agua a las orillas del Sena, las dos hermanas han acudido a ver y apoyar a varios de los representantes patrios en sus debuts en la competición. Y, como se señala en redes sociales como X (antes Twitter), el saldo del paso de Sofía por los Juegos es, por ahora, positivo para la delegación española.
El sábado, las dos estuvieron presentes en el estreno del dobles de Carlos Alcaraz y Rafa Nadal, que vencieron a la pareja argentina. Ayer, Leonor y Sofía tuvieron una apretada agenda, presenciando el debut de la selección masculina de waterpolo, que venció a Australia y el de la selección femenina de hockey hierba, que ganó a Gran Bretaña, además de charlar con Carolina Marín, que también se estrenó con victoria en bádminton.
La única mancha, por ahora, en esa especie de talismán que se ha convertido la infanta ha tenido lugar esta mañana, cuando las hermanas asistieron al debut de la pareja española de vóley playa, formada por Pablo Herrera y Adrián Gavira, que perdía en su primer partido.