Los reyes Felipe y Letizia han reaparecido en Madrid, donde han disfrutado de una romántica cena en pareja y pudimos verles muy cómplices. Además, se ve que han aprovechado al máximo el verano, ya que ambos han presumido de un saludable bronceado.
En cuanto al restaurante que han escogido para pasar esta agradable velada, los reyes han optado por un restaurante con sabor a mar y bastante asequible. Se trata de La Lonja del Mar, donde los monarcas pudieron degustar toda clase de mariscos, pescados y también carnes. Con unos precios que oscilan entre 50 a 60 euros por persona y situado en plena plaza de Oriente, muy cerca del Palacio Real.
Así, podemos encontrar desde erizos del mar con un precio de 7 euros la unidad, a centolla "al estilo La Lonja con vinagreta de pimiento italiano semidulce". Al igual que las ostras soletes (las mejores de España), y que pueden considerarse una de las joyas de la carta del restaurante, valoradas en 5,9 euros la unidad.
Entre los clásicos de la La Lonja, Letizia y Felipe han podido degustar desde rigatoni de sémola de trigo de frutos del mar y salsita de centolla, a chipirones ochenteros (en su tinta con arroz), gamba cristal con huevo de corral y pulpo rustido a la brasa.
Del mismo modo, las verduras y hortalizas también ocupan un lugar muy especial, desde la crema de calabaza, a las verduras asadas y carpaccio de tomate de la huerta. Todo, con precios que van desde los 15 hasta los 19 euros. Mientras que, para los amantes de la carne, el chuletón de vaca alcanza hasta los 120 euros.
Por último, y para endulzar el paladar, el restaurante ofrece desde creme brulêe, a "la mejor tarta de queso del mundo" o tarta de manzana hecha al momento.
Esta cita pillaba por sorpresa a muchos de los comensales allí presentes, tal y como vemos en las imágenes, y es que nadie esperaba cenar junto a los mismísimos reyes. Ambos optaron además por un look bastante desenfadado y veraniego.
En el caso de Letizia, ha lucido un conjunto blanco que ya le vimos en Mallorca, combinado con un bolso de croché con estampados de colores. Además, se ve que venían de pasar el día fuera, ya que la reina llevaba las gafas y el móvil en la mano.
Mientras que el rey optaba por una camisa vaquera y un pantalón gris. Los dos iban charlando muy animadamente a su llegada al restaurante, demostrando la buena sintonía y complicidad que existe entre ellos. Y es que la última vez que les vimos cenando juntos fue a principios de agosto en Palma con sus hijas, Leonor y Sofía.
Además, Letizia también se dejaba ver paseando en compañía de las jóvenes y con su suegra, Doña Sofía, por el casco histórico. Ocasión, en la que la princesa nos sorprendía poniéndose al volante por primera vez, lo que generó una gran cantidad de comentarios.
Y mientras los reyes se dejan ver en una escapada romántica, Leonor ha sido pillada de vacaciones en Málaga junto a un grupo de amigos. Parece que la joven está aprovechando al máximo los últimos días que le quedan antes de seguir con su formación en la Escuela Naval de Marín. Allí, todo está preparado para su llegada, en lo que será un nuevo año lleno de experiencias para la joven.
Pero, de momento, Leonor puede relajarse en los chiringuitos de playa de la Costa del Sol, donde hemos podido verla disfrutando de la buena comida del lugar. Lo curioso es que parece que la princesa consiguió pasar desapercibida, al menos hasta el final de la velada, cuando ella y sus amigos se marcharon.
Testigos presenciales han contado a la agencia EFE que la princesa pudo deleitarse con el plato estrella, pescado a la brasa, aunque comieron "un poco de todo". Por lo visto, los trabajadores del lugar se llevaron una grata sorpresa, ya que no esperaban que la hija de los reyes se pasase por el chiringuito Saladero.