Tras conocerse la enfermedad del rey Carlos III, la agenda del monarca se ha visto reducida, sin embargo, se mantuvo la intención de realizar un viaje a Australia que se materializó la pasada semana. Junto a Camila, emprendió este periplo y aterrizaron tras 33 horas de viaje el pasado viernes 18 de octubre en Sídney. En las pocas horas que Carlos y Camila llevan en territorio australiano ya se han dado varias anécdotas y circunstancias que están haciendo que este viaje salte a los medios de comunicación por causas diferentes a los asuntos oficiales.
Pese a que el monarca está atravesando una enfermedad, eso no ha impedido que realice un viaje que implica numerosas horas de vuelo y una exigente agenda a su llegada, algo que además le ha llevado a suspender su tratamiento contra el cáncer durante 11 días. Todo esto ha sido autorizado por el equipo médico, sin embargo, con algunas condiciones para asegurar el bienestar del monarca, según detalla 'El español'. En primer lugar, la duración de la visita se ha reducido y mientras que en principio estaba previsto que el monarca pasara por Australia, Samoa y Nueva Zelanda, finalmente esta última ha quedado fuera del recorrido. Además, se ha contado con la presencia de un médico a bordo y bolsas de sangre dentro del propio avión.
A pesar de que aterrizaron el viernes, no ha sido hasta dos días después cuando Carlos III y Camila han comenzado su agenda oficial en Australia y lo han hecho visitando el Parlamento Australiano, en Camberra, donde se han encontrado con una sorpresa fuera de protocolo. Y es que tras el discurso del rey, la senadora aborigen Lidia Thorpe ha irrumpido en el auditorio con algunas reclamaciones por los derechos de los indígenas, quienes fueron desposeídos de sus tierras a la llegada de los británicos en 1770.
Thorpe se ha dirigido al monarca gritando: “Devuélvenos nuestra tierra (...) lo que robaste a nuestro pueblo”. También ha proferido: "Usted no es nuestro Rey y esta no es su tierra" y le ha pedido que se disculpara "por las atrocidades británicas" en Australia. Tras estos hechos tres escoltas acompañaron al monarca a la salida del recinto.
Estas reclamaciones se derivan de la historia de Australia, que fue colonia británica durante más de un siglo. En este periodo miles de aborígenes fueron asesinados y las comunidades nativas fueron desplazadas. El país consiguió la independencia en 1901, pero a día de hoy no es plenamente independiente ya que sigue bajo el mandato de la Commonwealth y Carlos III sigue siendo su jefe de Estado.
No está siendo un viaje tranquilo para el padre de Guillermo de Inglaterra, pues además de estas reclamaciones históricas, está teniendo que hacer frente a otras cuestiones más personales. Y es que hay un hombre que esperaba la llegada del monarca de forma especial. Charles Dorante-Day de 58 años, asegura ser hijo ilegítimo de los actuales reyes de Inglaterra. El ciudadano británico, residente en Australia lleva años exigiendo una prueba de ADN y ha compartido esta firme creencia con sus seguidores en un grupo que ha creado en la red social Facebook. En esta plataforma ha afirmado lo siguiente respecto a sus planes durante la visita de Carlos y Camila: “¿Qué voy a hacer esta vez? Bueno… Sería muy tonto si no tomara medidas cuando él entre en la misma jurisdicción que yo. Pero creo que sería aún más tonto si revelara mis intenciones prematuramente”.
Desde 'Daily Mail' aseguran que la actitud de Dorante-Day ha desconcertado a los servicios de seguridad de los reyes de Inglaterra y han confirmado que el ciudadano será vigilado de cerca durante la estancia de Carlos y Camila en estos territorios de la Commonwealth. Charles Dorante-Day fue adoptado en 1966 cuando Carlos de Inglaterra contaba con 18 años y Camila con 17. Según este hombre, su abuela adoptiva, que trabajaba para la reina Isabel II, colaboró cuando él tenía ocho meses para que fuera dado en adopción.
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