La princesa Leonor lleva tiempo viviendo momentos importantes. Desde que el año pasado alcanzase la mayoría de edad, su rol institucional, ya creciente en los últimos años de su adolescencia, se ha multiplicado. Esta tarde, la heredera al trono ha protagonizado los Premios Princesa de Asturias 2024, los primeros desde que cumpliese los dieciocho años y una edición especial, además, por cumplirse una década desde que la Fundación homónima la designase presidenta honorífica de la misma. Días después de unas improvisadas palabras en uno de los actos previos, en la ceremonia de entrega de los galardones, celebrada en el Teatro Campoamor, la hija mayor de los reyes Felipe VI y Letizia ha tomado la palabra para pronunciar, algo nerviosa, un discurso con varios guiños importantes.
La velada ha destacado, además de por las palabras de la princesa, su padre, y los distintos discursos y momentos protagonizados por los galardonados, por las novedades que se han anunciado y que afectarán a la estructura de los premios a partir de la próxima edición, que será la número cuarenta y cinco. Dos han sido los detalles significativos: por un lado, el anuncio por parte del jefe del Estado de que, desde 2025, será su primogénita quien lea las biografías de los premiados, incrementando así su papel en detrimento de otros miembros de la familia. Por otro, ha sido ella quien ha despedido y cerrado formalmente la ceremonia, clausurando la edición, gesto que correspondía tradicionalmente al rey.
La esperanza ha sido el concepto conductor de las palabras pronunciadas por la princesa, que ha querido tener además, como viene siendo habitual en sus discursos en estos reconocimientos, detalles con cada uno de los distintos premiados en las ocho categorías, entre cultura, ciencia, humanidades y cooperación. En palabras de la primogénita del jefe del Estado, "es el sentimiento que nos muestra que las cosas pueden mejorar, que siempre hay una grieta por donde entra la luz. Esa es la esperanza que nos contagian nuestros galardonados, mujeres y hombres que conjugan en su vida el esfuerzo, la dedicación y la excelencia.
"Pels voltants de setembre abans que arribi el fred compren el seu bitllet pel al tren de l'esperança. Este verso lo escribió Joan Manuel Serrat hace 60 años. Está en la canción ‘Els veremadors’, los vendimiadores, escrita en catalán y un homenaje a aquellos que se veían obligados a dejar su hogar para ir a vendimiar lejos de casa. En castellano dice así: En torno a septiembre, antes de que llegue el frío, compran su billete para el tren de la esperanza", ha comenzado la princesa, ante la evidente emoción del cantautor.
Pero de Serrat no solo ha rescatado unos versos. También se ha referido a él a la hora de repasar cada uno de los galardonados en esta 44ª edición: "Este músico y poeta de Poble Sec es mucho más que un referente artístico para varias generaciones a las que ha hecho felices. También ha mostrado su compromiso con la democracia y la tolerancia. He escuchado estos días muchas canciones suyas. Y he leído con atención sus letras. Serrat declara partidario de vivir porque, de vez en cuando la vida, afina con el pincel; se nos eriza la piel y faltan palabras para nombrar lo que ofrece a los que saben usarla".
Así se ha referido la princesa a cada uno de los distintos premiados este año:
Ana Blandiana, la primera persona rumana en recibir el premio: “Para mí, para mi generación, ese hecho otorga a la poesía un papel que nos cuesta imaginar ahora, pero sí podemos entender ese grito de esperanza [...]} Y no ha dejado de plantar cara a los totalitarismos con su poesía limpia, clara, depurada. Y con su activismo en defensa de los derechos humanos y de la democracia”.
Marjane Satrapi destacando ‘Persépolis’, Cristina Medel por “afinar su mirada con su fotoperiodismo de casi ocho décadas”, a la Organización de Estados Iberoamericanos “por poner su empeño en dotar a los más vulnerables de las herramientas necesarias para abordar y comprender mejor la vida”.
También ha tenido unas sinceras palabras para Daniel J. Drucker, Jeffrey M. Friedman, Jens Juul Holst y Svetlana Mojsov, creadores de Ozempic, por “desarrollar esta herramienta que puede ser de ayuda a personas con diabetes y obesidad”. Y, finalmente, para Carolina Marín “por su actitud ante la adversidad y ante el triunfo, lo que define a una gran deportista. Ella dice eso de que “puede porque pienso que puedo”. Y Les aseguro que, para quienes estamos a punto de abandonar la adolescencia, son palabras muy valiosas.
Su lado más “reivindicativo” ha salido cuando ha explicado lo que proyectan los premiados: “el valor necesario para vencer al desánimo, tarea en la que se emplea a fondo Michael Ignatieff [...] Para quienes, como yo, estrenamos nuestra mayoría de edad, acercarnos al pensamiento de Ignatieff es todo un reto”.
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