Marius Borg, el hijo de mayor de la princesa Mette-Marit de Noruega, sigue dando que hablar. En medio de la investigación policial a la que se enfrenta, y que está relacionada con diversos delitos de agresión sexual, el joven habría vuelto a saltarse la orden de alejamiento para contactar con una de sus víctimas. Después de que, apoyado por su familia, Borg decidiese internarse en una clínica de desintoxicación de Londres para superar sus adicciones, tal y como detallan en el medio noruego 'Se og Hør', parece que apenas ha durado una semana internado.
Y no solo eso, ya que tras su salida del centro, habría contactado con varios amigos y también con una de sus exparejas. De hecho, recientemente ha sido precisamente un íntimo amigo de Borg el que ha hablado como nunca de las polémicas que salpican al joven. Esta persona, que conocería muy de cerca al hijo de Mette-Marit y al que le une una estrecha amistad desde hace años, asegura que "nunca haría daño a nadie".
"Es un buen tipo y un amigo increíblemente bueno y leal. Marius nunca le haría nada malo a sus amigos. No es ningún secreto que igual ha vivido algunas situaciones duras durante mucho tiempo", comenta sobre el joven. Además, califica la situación que está viviendo el hijastro de Hakoon de Noruega como "una caza de brujas". De momento, Marius Borg no ha sido acusado ni condenado, por lo que sus más allegados insisten en que "es inocente hasta que se demuestre lo contrario". Sin embargo, las continuas informaciones que salen al respecto no le dejan para nada en un buen lugar, pasando por las supuestas fiestas que organizaba el joven en la residencia real de Skaugum e incluso el robo de varias pertenencias.
Esta oleada de escándalos ha pasado factura de la peor manera a la familia real noruega, que atraviesa sus horas más bajas. Tanto el príncipe Haakon como Mette-Marit se han volcado por completo con el joven para ayudarle. De hecho, el hijo del rey Harald tomaba la decisión de cancelar su agenda real en extremis para acompañar a Marius hasta la clínica de rehabilitación en Londres.
Mientras que, por su parte, Mette-Marit (quien también debe lidiar con problemas de salud) ha protagonizado su primera reaparición pública en medio de toda la polémica, y lo ha hecho durante la entrega del Premio Nobel de la Paz, un evento que cada año se celebra en el Ayuntamiento de Oslo. Acompañada por su esposo, el príncipe Haakon, y los reyes Harald y Sonia, se la vio tranquila y serena pese a los momentos de tensión que están viviendo.
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