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La simbología en el 80 aniversario del fin de Auschwitz: de los tocados a la ofrenda de Letizia

La liberación del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau supone un hito en la historia reciente y como tal, este lunes se ha celebrado el 80 aniversario, pues el 27 de enero ha sido establecido por las Naciones Unidas como “Día Internacional de Conmemoración Anual en Memoria de las Víctimas del Holocausto”. Para rendir homenaje a las víctimas, este lunes se dieron cita un buen número de casas reales, entre ellos, por supuesto, nuestros reyes Felipe y Letizia, que acudieron acompañados por el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, como presencia más llamativa, la heredera de los Países Bajos, Amalia de Holanda. En este tipo de eventos reina el protocolo, los actos medidos y la simbología que se extrae a partir de gestos, la elección del vestuario y los comportamientos.

La ceremonia de homenaje se celebró en una carpa que se instaló a la entrada del que fuera campo de concentración y en ella reinaron poderosos símbolos. Uno de los más llamativos fue el vagón solitario de transporte que se colocó en la puerta de acceso al recinto. Se trata de uno de los vehículos de carga originales en los que los oficiales nazis hacían viajar a los judíos para trasladarlos en tren hasta el campo de concentración.

Dentro de los actos programados, tuvo lugar una ofrenda de encendido de velas en la zona central del escenario. En este acto de homenaje participaron los supervivientes del Holocausto y los jefes de estado que estaban allí presente. En este sentido, también existe un protocolo muy estricto que no todos los presenten llevaron a cabo de la misma manera. La experta en realeza Ana Polo lo ve así, según ha explicado en su perfil de X: "Letizia lo hace mejor que el rey. Cuando se hace una ofrenda de este tipo, no sólo se inclina la cabeza al principio, sino también al final (paso atrás, inclinación de cabeza, un par de segundos en silencio, giro)". Además de Letizia y Felipe, el resto de miembros de la realeza fueron acercándose a esta zona para dejar sus velas.

Por otro lado, el simbolismo también se desprende de los atuendos elegidos por cada uno de los asistentes. Quizás uno de los más llamativos ha sido el de Guillermo de Holanda, que en un acto de respeto a la religión judía -profesada por muchas de las víctimas del Holocausto- ha lucido la tradicional kipá en su cabeza. Este es un casquete pequeño y redondo que se pone sobre la coronilla y lo usan los judíos en momentos especiales y con gran simbolismo, como encuentros religiosos o de gran respeto. La experta mencionada destaca el hecho de que haya sido el único en lucirla: "Curioso que en un acto así, sólo Guillermo de Holanda haya llevado la kipá judía. Sorprende especialmente con Carlos, porque es super respetuoso con todos los símbolos religiosos".

Las mujeres de la realeza europea que fueron tocadas (y las que no)

Las que sí decidieron llevar tocado en señal de respeto fueron casi todas las mujeres de la realeza europea, cada una de ellas llevando a cabo este gesto de una forma diferente. "Una diadema, un prendido, un semi recogido puede ser en protocolo un tocado", explica el experto en moda Nacho Montes y colaborador de Divinity.es.

Y es que mientras que Letizia se decidió por una diadema casi imperceptible (nada que ver con la que llevó en Cádiz para despedir a Leonor, que pertenecía a la infanta Sofía), otras asistentes como Matilde de Bélgica se decantaron por opciones mucho más visibles. "Matilde de Bélgica también llevaba diadema, ancha y en bandó pero diadema al fin y al cabo", explica Montes.

"Máxima llevaba un turbante y su hija un tocado de redecilla"", prosigue el periodista especializado. Y nada de todo esta variedad se puede considerar un error: "Al final, en el protocolo, lo importante no es el elemento en sí, sino sus utilizaciones". Por eso nada de lo que hicieron ayer era un error de protocolo grave, "las casas reales no suelen fallar en estas cosas", puntualiza el experto. Quienes decidieron no seguir este protocolo fueron Kate Middleton, que llevó su melena suelta sin ningún adorno y Victoria de Suecia, que recogió su cabello en un sencillo moño.

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