Las buenas noticias solo pueden ser mejores cuando se comparten, por eso el compromiso de la princesa Leopoldina y Bruno Walter solo podría hacerles más felices tras hacerla pública y recibir el cariño y el apoyo de todos. Era su tío, el conde de París, actual jefe de la Casa Real de Francia (un trono inexistente) y primo del gobernante del país centroeuropeo, quien se encargaba a través de sus redes sociales de anunciar al mundo la felicidad de la pareja.
“El príncipe Gundakar y la princesa María de Liechtenstein se complacen en anunciar el compromiso de su hija, la princesa Leopoldine, con el Sr. Bruno Walter Pedrosa João”, reza el escueto comunicado con el que el hermano de María de Liechtenstein hacía pública la futura boda de su sobrina. Junto a estas palabras, una fotografía de la pareja, en la que se les puede ver muy felices y sonrientes, dispuestos a comenzar esta nueva etapa de sus vidas.
La princesa Leopoldina de Liechtenstein, de 34 años, es hija de Gundakar Albert Alfred Petrus von und zu Liechtenstein y la princesa María Isabel de Orleans, y pronto se casará con su pareja, el empresario brasileño Bruno Walter Pedrosa Joao. Bruno pasará así a formar parte de una de las familias reales más poderosas de Europa, pero también una de las más desconocidas. El padre de Leopoldina ocupa el puesto 33 en la línea de sucesión al trono, pero en este país, ninguna mujer puede heredar la corona, por lo que poco importa que ella sea la primogénita en este caso.
Leopoldina es la mayor de cinco hermanos. Ella nació en Viena en 1990, un año después de que sus padres se casaran en esa misma ciudad. Un año después del nacimiento de la princesa, llegaba al mundo su hermana María Inmaculada, Johan era el tercero, en 1995 nacía Margarita y el más pequeño de todos, Gabriel, nacía en 2001.
Como señalábamos antes, ella es la mayor de sus hermanos, pero no va a ser la primera en pasar por el altar, el príncipe Johann-Wenzel, tercero de los cinco hijos del matrimonio, ostenta ese honor, pues pasó por el altar en 2023 junto a quien hasta el momento había sido su pareja y a partir de entonces es su esposa, la condesa Felicitas von Hartig.
Todavía faltan muchos detalles por descubrirse de la boda, se desconoce si seguirá los pasos marcados por su hermano o tomará un camino totalmente diferente. Él se casó en junio en Viena, casi un año después de comprometerse, fue una ceremonia religiosa que tuvo lugar tras un enlace civil celebrado en abril de ese mismo año en Vaduz.
La novia confió para su gran día en la firma española Jesús Peiró, un gesto sorprendente porque es habitual que las novias reales escojan un diseñador del país en el que se casan, pero Felicitas optó por seleccionar aquel que le hacía sentir más bella, lo que abre un gran abanico de posibilidades en el caso de Leopoldina, ¿optará por la tradición o seguirá los pasos de su cuñada?
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