Marius Borg, el hijo mayor de Mette-Marit de Noruega, ha sido uno de los responsables de que la casa real del país no deje de ser protagonista de titulares a nivel internacional. El joven está siendo parte de la actualidad como presunto autor de dos violaciones y también ha sido señalado por pegar a una de sus exnovias. A este panorama familiar se le une la enfermedad de la princesa, que en los últimos tiempos se ha agravado lo que propició que desde casa real se lanzara un comunicado informando de que la presencia de la esposa del príncipe Haakon en actos oficiales iba a estar determinada por su estado de salud. La intención del primogénito de la princesa parece ser querer pasar desapercibido y para ello a optado por un cambiar una de sus más reconocibles características físicas: se ha cambiado el color de cabello.

Según la edición noruega de la revista 'Se og Hør' -se publica en Noruega, Dinamarca y Suecia-, la semana pasada el joven de 28 años viajó de incógnito a Copenhague, junto a un amigo. Es la única información que se conoce de este movimiento pues no ha trascendido ni el motivo de este traslado, ni la identidad de su acompañante. Tal y como aparece en la publicación, el hijo de la princesa ha renunciado a su característica melena rubia platino y la ha cambiado por un color negro azabache completamente opuesto. Además, para procurar no ser reconocido, ha cubierto sus ojos con unas gafas de pasta negra con cristal oscuro degradado. Vestía con pantalón vaquero, sudadera gris con capucha y una cazadora con estampado étnico encima de esta. A su lado, su acompañante, protege su rostro con gafas, gorra, capucha y bufanda.

Según refiere 'El Mundo', los dos amigos se alojaron en el hotel de lujo Guldsmeden, donde el precio de las habitaciones oscilan entre 300 y 800 euros. Este alojamiento está muy cerca de la discoteca Søpavillonen, aunque no se sabe si acudieron a este local. Lo que sí confirma el citado medio español es que el hijo de la princesa tendría vetada la entrada al local favorito de la jet set noruega, Michaels, ubicado en Frogner (Oslo).

Y es que este fue el escenario de uno de los primeros episodios con los que Marius puso en una situación difícil a la casa real noruega. La noche en la la princesa Mette-Marit y el príncipe Haakon celebraban en palacio sus 50 años en 2023, el joven prefirió la diversión en una fiesta temática sobre James Bond donde lució un esmoquin negro con camisa blanca y pajarita negra. Además, hubo otro detalle llamativo: en la cinturilla el pantalón se veía una pistola de juguete.

Borg fue detenido por la policía el 4 de agosto, lo que desencadenó todo lo que sucedió después. El joven fue arrestado acusado de haber agredido física y verbalmente a una joven de 20 años, una información que se hizo pública poco después de suceder. La joven llegó a estar hospitalizada por una conmoción cerebral. Poco después, Juliane Snekkestad y Nora Haukland, exparejas de Marius, denunciaron haber sido agredidas por él. Lo hicieron a través de las redes sociales, pero también ante las autoridades correspondientes. Tras estos acontecimientos, Marius compartía un comunicado en el que aceptada su responsabilidad por la agresión por la que fue detenido. Sin embargo, fue de nuevo detenido por haberse saltado la orden de alejamiento el 10 de septiembre, al haber intentado contactar con su víctima vía telefónica.

También fue parado por la policía en varias ocasiones por exceso de velocidad, también en septiembre se filtraron unos audios donde la policía le recomendaban dejar de “vender drogas” porque podría tener consecuencias legales y mediáticas. 'Se Og Hør', responsables de destapar gran parte de sus escándalos, también recogió que había estado organizando fiestas ‘salvajes’ en su vivienda, 

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