Desde hace unos meses, la aristócrata y actriz neoyorquina Isabelle Junot ostenta el titulo consorte de Marquesa de Cubas. Isabelle conoció a su actual marido, Álvaro Falcó, hace más de una década y, tras una pedida de mano digna de película y una boda de palacio, los jóvenes forman un matrimonio y ahora el hogar en el que viven juntos también lo es.
Con una boda digna de la realeza al caer y miles de preparativos del enlace aún en el aire, la pareja decidió mudarse en marzo de este año al que ya es su nuevo nidito de amor. Tres semanas antes de darse el 'sí quiero' en el Palacio de Mirabel, Isabelle y Álvaro decidieron decirle adiós a su piso de estilo señorial en el barrio del Retiro de Madrid y poner rumbo a su nueva casa donde ya han comenzado a forjar su futuro como marido y mujer.
"Será divertido" comentaba la 'coach' nutricional en su perfil de Instagram donde compartía con el resto del mundo su felicidad por formar una nueva vida de la mano de su ya marido, el primo de Tamara Falcó.
Siguiendo el estilo de su anterior piso, la pareja ha demostrado tener un gran gusto por la decoración moderna y sofisticada. Al igual que con su antigua casa, Isabelle se ha servido de su perfil en redes sociales para compartir con las más de 110 mil personas que la siguen algunos secretos de su nuevo hogar.
Para su nuevo hogar los marqueses han dejado atrás el estilo aristocrático que ambos compartían para darle un enfoque y unos toques propios del estilo americano. Como es común en los hogares de Estados Unidos, la nueva casa de Isabelle cuenta con un salón integrado junto a la cocina, aunque sin llegar a estar completamente unidos.
El salón de la pareja es una estancia muy amplia y luminosa desde la que se llega directamente a la cocina pero que, a diferencia de los hogares con este estilo, no cuenta con una isla independiente que hace de separador. En este caso un pequeño tabique revestido de madera separa ambos espacios de la casa dejando tan solo un lateral abierto. Unida a este tabique, una pequeña isla rodeada de butacas verde botella, de un estilo moderno y renovado, hacen las veces de mesa para comer y de estancia intermedia entre la cocina y el salón.
Continuando en este espacio, se llega al gran salón de la pareja. Paredes en un color crema que acompañan a la perfección a las estanterías de madera empotradas en la pared frontal y al suelo de parqué. Todos los muebles y revestimientos del salón son de madera de un color beige que, unidos al gran sofá blanco y a la alfombra de tonos grisáceos, componen una gama cromática de colores claros y neutros que transmiten elegancia al lugar.
Mientras que los muebles principales del salón son de un estilo más sobrio y elegante, en algunos elementos como las sillas de la mesa principal, las lámparas o las butacas, la pareja ha elegido un estilo más moderno y extravagante.
Junto a un sofá de varias plazas blanco roto, dos butacas de un color entre tierra y naranja chillón complementan el salón. La mesa baja de colores claros se contrapone a la mesita de decoración dorada. Y los halógenos sobrios y enclaustrados en el techo de la zona principal se oponen completamente a la gran lámpara dorada que cuelga del techo de encima de la mesa principal. Además de una gran mesa de ocho plazas lisa y refinada a las que acompañan unas sillas de mimbre beige y madera negra.
Esta mezcla de estilos hace que el hogar de los marqueses sea distinguido, pero nada recargado y ostentoso. Además, el pequeño muro revestido de espejos junto a la mesa principal, la gran columna que hay entre la isla y el salón y un enorme ventanal de techo a suelo que permite que entre la luz natural hacen de la estancia principal de la casa un lugar muy amplio y acogedor.