Durante el invierno, con el uso y las inclemencias del tiempo, es normal que el calzado de piel se ensucie con cierta facilidad. Por eso, será importante saber cómo limpiarlo correctamente, para no estropearlo. Pero, ¿qué consejos de limpieza podemos seguir?
Lo primero que tendrás que hacer será eliminar toda la suciedad que puede llegar a acumularse en el zapato. Para ello, cogeremos un paño seco o un cepillo de cerdas blandas que eliminarán todos los restos. Después, con un paño húmedo bien escurrido deberás limpiar la superficie de las botas para quitar toda la suciedad. Aún así, siempre será importante que se sequen correctamente.
El siguiente paso, con el único objetivo de que duren más en el tiempo, será hidratar correctamente la pieza. Para ello, tendremos que ir al supermercado y comprar crema incolora y neutra. En el caso de que observes que hay algún roce en la zapatilla siempre podrás optar por una crema neutra del color de la piel del zapato. Este deberemos aplicarlo directamente sobre la bota.
Por último, habrá que frotar con un trapo de algodón o con un cepillo de cerdas suaves por las botas hasta que se recupere el brillo natural. En el caso de que esto no suceda, lo más recomendable será llevar los zapatos a un especialista o hacerse con un producto más adecuado para eliminar ese tipo de manchas.
Debes saber que la piel es uno de los tejidos más delicados que tenemos. Por eso, será esencial que se limpie con cuidado y, sobre todo, si son los más pequeños los que llevan las botas de piel al colegio. Por tanto, será fundamental ese cuidado durante el tiempo, hidratando la bota correctamente.
Lo más recomendable será realizar este proceso durante, al menos, dos veces al mes. Aunque eso sí, habrá que evitar utilizar las botas de piel todos los días y, sobre todo, en aquellos días en los que llueve. En caso contrario, se estropearán con más facilidad.