Carlos Alcaraz continúa haciendo historia con tan solo 21 años. El tenista palmareño ganó el pasado domingo su primer Roland Garros en París después de vencer a Alexander Zverev en un partido de infarto de lo más reñido. El joven no pudo contener las lágrimas de emoción tras levantar la copa de su tercer Gran Slam después de haber conseguido en 2022 el US Open y, un año después, ganar Wimbledon.
El nombre de Carlos Alcaraz está en boca de todos y presume en estos momentos de ser el número 1 del tenis mundial, volviendo a poner a España en la cima de este deporte tras Rafa Nadal. El joven murciano está viviendo en una nube desde que ganó el Roland Garros, su torneo de tenis favorito. Como él mismo ha dicho en más de una ocasión, los sueños se cumplen y, desde pequeño, fantaseó con convertirse en tenista profesional y poder conocer a sus ídolos, como el de Manacor y Djokovic, a los que se ha enfrentado en la pista en más de una ocasión.
En 2019, Carlos Alcaraz dejó El Palmar, su localidad natal y donde vive toda su familia, para enfocarse en su carrera deportiva. Ese año, ganó su primer Gran Slam en Miami. Aunque ya no viva en Murcia, el tenista siempre lleva muy presente a su tierra y ha colocado en el mapa mundial a la pequeña pedanía murciana, ejerciendo de embajador de su tierra allá donde juega.
Carlos Alcaraz vive desde 2019 en la prestigiosa Academia Equelite, dirigida por el reconocido extenista Juan Carlos Ferrero, su actual entrenador, en la localidad alicantina de Villena, muy cerca de Murcia, un centro de alto rendimiento para tenistas. Allí, Alcaraz tiene una vivienda individual, muy acogedora y con todas las comodidades necesarias.
Dentro de este hotel rural hay numerosas casitas prefabricadas iguales a las del tenista, situadas en fila una detrás de otra. En ellas, residen otros jugadores y se hospedan los familiares de los deportistas cuando acuden a visitarlos.
Cuando Carlos Alcaraz se mudó al centro de alto rendimiento, el joven comenzó viviendo en una pequeña casita de 25 metros cuadrados, totalmente equipada a pesar de su tamaño. Tras la pandemia, el tenista fue trasladado a una vivienda mucho más espaciosa de 90 metros cuadrados, la misma en la que vivió Juan Carlos Ferrero en 2003, cuando era el número 1 del tenis mundial.
Todos los dormitorios están totalmente equipados y cuentan con televisión, caja fuerte, armarios y estanterías, además de una zona de estudio, y el mobiliario es de madera, acorde a la estética rural del hotel, aportando confort y calidad a los deportistas.
El centro de alto rendimiento para tenistas de Ferrero está situado en mitad de la naturaleza y tiene numerosos jardines y una piscina donde desconectar y pasarlo bien en la temporada de verano. Tiene más de 20 pistas de tenis, un gimnasio completamente equipado y servicios de fisioterapia y psicología deportiva.
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