Aciertos y errores de la casa de Samantha Vallejo-Nágera en Madrid

Antes de entrar en harina, debo decir que la 'televisivísima' chef siempre ha sido muy maja con un servidor y que incluso ha venido más de una vez a nuestras tiendas. De hecho, a raíz de esa conexión surgida gracias a la artesanía, he podido estar personalmente en su casa, o bueno, más bien en la mitad de su casa (al poco tiempo compró el piso de al lado y la amplió) por lo que puedo valorarla de forma más cercana si cabe. Eso sí, para la otra mitad he tenido que tirar de nuestra querida hemeroteca, llamada internet e Instagram, para hacerme realmente a la idea de a qué nos estamos enfrentando: a un casoplón en un 'barrio bien' de Madrid (Chamberí) en el que vive junto a su pareja, Pedro Aznar, y sus cuatro hijos, y que muestra a prensa y en redes sin reparos y cuando haga o no haga falta.

Como se puede ver en el vídeo, su casa es como ella: "expansiva", luminosa y sin ningún tipo de reparo a la hora de poner, comprar, mezclar cualquier elemento que le divierta porque se podrá decir cualquier cosa de ella, pero no que no es divertida. Ni la casa, ni la dueña: una de las chefs principales de MasterChef.

Aciertos

Además de tener el buen gusto de, en mi opinión, no irse a vivir a un hangar a las afueras, desde la perspectiva del diseño y del interiorismo la casa me gusta mucho por: 

1. Tanto el edificio como el interior tienen carácter (¡vivan esas molduras del techo!). Son unos clásicos de Madrid y, frente al insípido minimalismo que impera en los hogares de algunas nuestras celebrities más patrias, es algo que se agradece bastante.

2. La casa le representa: ella es clásica, madrileña y como no podía ser de otra manera por profesión y prole, la cocina-office es pantagruélica (muy grande) y es el espacio más importante de la casa. Es decir, la casa además de ser bonita es real y no de postureo. ¡Nos gusta!

3. Su personaje en televisión te puede parecer bien, mal o regular, pero esa cocina no puede no gustarle a nadie. Y no me vengan que sobre gustos no hay nada escrito: hay mucho, pero no siempre es leído.

4. No sólo la cerámica invade la casa, sino que la vivenda misma parece una cabeza de "the exvotos"; una marca andaluza de más de 20 años que, entre otras cosas se inspiran en los históricos exvotos (una ofrenda a los dioses y santos que se han realizado en todas las civilizaciones) y cuyas piezas han conquistado el corazón y la casa de la madrileña. Algo que denota buen gusto y, de paso, apoyo a la artesanía nacional.

5. Los suelos de pino melis bien restaurados y probablemente originales de la casa: mis 'dieses', querida. 

6. La decoración, fresca auténtica y carente de cualquier tipo de prejuicio. Además de bonita y funcional se ve una casa con personalidad y estilo. No en vano es familia de uno de los mejores decoradores que nos ha dado este país: Paco Muñoz

7. Puede parecer una tontería pero, un detalle que me encanta es la pareja de mesas LACK de IKEA que tiene en el salón porque, aunque podría haber ido a cualquier 'tiendón' de la calle Serrano a comprarlas, ha integrado en su hogar estos productos asequibles de la marca sueca.

¿Errores?

Ahora, si bien es cierto y suscribo y repetiría todo lo anterior, sólo veo un gravísimo error: ¡no me ha invitado todavía a comer! A ver si hay suerte y con la tontería acabo conociendo “el ala oeste de la casa Samantha”…

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