Adiós a poner la lavadora o planchar de noche: el momento del día en el que sale más barato

Hoy se celebra el Día Mundial del Ahorro de Energía. Se trata de un día para concienciar sobre un uso más eficiente de la energía. Lo cierto es que no solo es un plus para el medio ambiente, sino también para nuestros bolsillos, ya que ahorrando recursos al planeta también ahorramos un dinerito muy estimable que contribuye a mejorar nuestra economía doméstica

Tradicionalmente se ponían los electrodomésticos con más gasto eléctrico de noche con el fin de ahorrar un dinero, pero desde 2022, momento en el que estalló la crisis energética, ya no es así. Es más, es que es al contrario. Vamos a ver cómo ahorrar de verdad en nuestra factura.

¿Por qué ha cambiado tanto la manera de consumir electricidad en los dos últimos años?

Porque antes contábamos con tres tipos de tarifas: la hora punta (la más cara), la hora valle (la tarifa más barata) y la hora llana (un coste intermedio). Pero en 2022, principalmente a raíz de la guerra entre Rusia y Ucrania, estalló la crisis energética, la luz comenzó a subir de manera descontrolada, como recordarás, y hubo que tomar medidas. Por eso, controlar nuestra factura y reducirla todo lo que esté en nuestra mano es imprescindible. Toma nota de estos consejos.

Entérate de qué horas son las mejores para consumir electricidad

Cada día la tarifa comporta variaciones en el precio según la hora, tanto en el mercado regulado (siempre) como, en algunas ocasiones, en el libre (más adelante veremos cómo es cada uno de ellos). ¿Cómo saber a qué hora debemos poner esa lavadora o ese lavavajillas? En la página web de Red Eléctrica Española podemos conocer estas tarifas: cada noche se pueden consultar a qué horas será la luz más barata o más cara al día siguiente. También hay infinidad de webs de comercializadoras que nos dan esa misma información. Basta con poner en Google “precio luz hoy” y entrar en cualquiera de ellas.

Esto te puede servir de orientación: cuanta más luz hay fuera, más barata será la electricidad

Con carácter general: consume electricidad cuando haya mucha luz natural

Pero si te da pereza ir día a día mirando qué tramo horario es el más adecuado para consumir electricidad, esto te puede servir de orientación: cuanta más luz hay fuera, más barata será la electricidad (salvo excepciones). ¿Por qué? Porque es el momento en el que se está produciendo más energía solar, es decir, hay más oferta de luz que cuando es de noche. Así no solo estarás ahorrando un dinerito, sino que estarás gastando energía más limpia. ¡Un win-win!

¿Mercado libre o regulado? Por lo general, el regulado te convendrá más

Hay quienes acuden al mercado PVPC o regulado (precio voluntario para el pequeño consumidor) y a quienes les conviene más el libre. A nivel doméstico puedes elegir entre uno y otro cuando quieras. 

El mercado regulado tiene un precio distinto cada hora, lo ofrecen las comercializadoras de referencia, no exige permanencia, permite optar al bono social y no tiene los descuentos o promociones que puede tener el mercado libre. Su límite está en los 10kW de potencia, pero suele ser más que suficiente (un hogar medio contrata entre 2,45 y 4,6kW), y su margen de ganancia lo fija el Gobierno.

El mercado libre puede ofrecer promociones y puede o no discriminar por horas (el regulado lo hace obligatoriamente), su precio lo marcan las propias eléctricas y no permite acceder al bono social. ¿Lo ideal? Pedir precios a, al menos, una compañía del mercado regulado y a otra del libre… y comparar. Pero desde ya te adelantamos que el mercado regulado suele ser mejor opción para la mayoría de los hogares.

Baja la potencia contratada

¿Sabes qué potencia tienes contratada? ¿No? Coge cualquier factura de la luz y búscala. Suele estar muy a la vista, en la parte superior y donde se especifican todos los datos del contrato.

Es muy habitual tener más potencia contratada de la que vas a necesitar. Con carácter general, en un hogar estándar, con 4kW de potencia vamos a tener de sobra. Si tienes más contratada o si sois pocas personas en casa, seguramente necesites menos. ¿Cómo se baja la potencia? Basta con llamar al teléfono de tu comercializadora y pedirles ese cambio.

Adapta tus consumos para gastar menos

Desde que comenzó la crisis energética todos hemos aprendido a gastar menos energía. Por eso es importante que adaptes tus consumos a los tramos más baratos, sobre todo si estás en el mercado regulado. Todo lo que puedas hacer en fin de semana y que consuma mucha energía, mejor que mejor. Ahí vas a ahorrar unos cuantos euros.

Otros pequeños gestos con los que vas a ahorrar más energía

¿De qué otras maneras podemos ahorrarnos un dinerito en la factura de la luz, el gas, etcétera? Estos son algunos de los economizadores de energía que están en nuestra mano:

1. Elegir siempre bombillas de bajo consumo. Las bombillas tipo LED consumen de un 80 a un 90% menos de energía que las de filamentos. Esto, especialmente en otoño e invierno, cuando tenemos menos horas de luz, comporta un ahorro significativo.

2. Lavavajillas y lavadora, hasta arriba… y el frigorífico, un poco menos frío (si puedes). Nada de media carga: llénalos para ahorrar en tu factura. Si la ropa no está sucísima, los lavados con agua fría son igualmente eficientes (y gastas menos energía).

3. Fíjate en la etiqueta de eficiencia energética cuando adquieras un electrodoméstico nuevo. La letra A es la que indica una mayor eficiencia energética; los aparatos consumen más conforme se avanza en el alfabeto (la categoría G sería la que más gasta). Eso sí, si tienes la opción de reparar, ¡repara antes de sustituir!

4. Apaga todo lo que no estés usando. A veces tenemos la costumbre de dejar encendida la televisión simplemente porque nos hace compañía, aunque no la estemos viendo. Pues bien, el televisor es uno de los electrodomésticos que más consumen.

5. Un grado más o menos marca la diferencia. Bajar un grado la calefacción nos puede hacer ahorrar un 7% de energía; subirlo en el aire acondicionado puede llegar a bajar el gasto en alrededor de un 10%. 

6. Revisa ventanas y puertas. Hasta un 30% de la calefacción o la refrigeración se pierde debido a una mala carpintería. Unos simples burletes en los cierres de las ventanas por las que hay más fugas pueden representar un cambio significativo.

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