Desde 1977, cuando el Palacio de la Moncloa pasó a ser la sede oficial de la Presidencia del Gobierno de España, se convirtió en la residencia de los presidentes y sus familias mientras ostentan el cargo. Por lo tanto, en este momento es la residencia de Pedro Sánchez y Begoña Gómez. Se encuentra en el distrito madrileño de Moncloa-Aravaca y, además de ser un hogar, el Palacio es también un espacio de trabajo en el que tienen lugar conferencias de prensa, reuniones de gabinete y la recepción de líderes internacionales. Una vez que se instalan en él, cada presidente adapta el Palacio de la Moncloa a su estilo personal, algo que ha hecho también Pedro Sánchez.
Declarado Bien de Interés Cultural, el Palacio de la Moncloa ocupa una parcela con unas dimensiones de 158.000 metros cuadrados, de los cuales la mayoría están destinados para fines oficiales, con 12 edificios independientes que se comunican entre sí por túneles subterráneos. Cuenta con amplios jardines y dispone de un helipuerto y una piscina. En este amplio terreno se encuentra la residencia presidencial, de carácter privado, que ocupa la primera planta del edificio principal, cuyas dimensiones son 200 metros cuadrados.
La planta que ocupan Pedro Sánchez y su familia está distribuida en ocho dormitorios, tres vestidores y nueve baños. Cada presidente procura adaptar la vivenda a sus gustos y el estilo de vida de la familia. En el caso de Sánchez, sabemos que lo primero que hizo al llegar al Palacio de la Moncloa fue cambiar el colchón de la cama en la que anteriormente habían dormido Mariano Rajoy y su esposa, Elvira Fernández-Balboa.
Para terminar de dejar el dormitorio principal a su gusto, también hizo que se pintaran las paredes y cambió el cabecero de la cama. Además, encargó un sofá de tres plazas para la casa, una cama infantil con cajones y el colchón correspondiente. Sabemos que a Pedro Sánchez le gusta mantenerse en forma, por lo que incorporó al gimnasio del edificio una cinta de correr.
Como te contábamos, cada presidente le ha dado a esta residencia oficial su toque personal. El primero, que fue Adolfo Suárez, puso una pista de tenis, reformó la piscina e instaló teléfonos. Felipe González redecoró el interior de la vivienda y, al parecer, tras el golpe de Estado de Tejero hizo que se construyera un búnker. José María Aznar cambió la pista de tenis por una de pádel y habilitó una sala de juegos para sus hijos. José Luis Rodríguez Zapatero y Sonsoles Espinosa contrataron a un equipo de decoradores para que la residencia tuviera un estilo moderno, con obras de arte incluidas. Por último, Mariano Rajoy solo cambió de sitio muebles y cuadros.
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