Mariah Carey atraviesa uno de los momentos más duros de su vida después de que su madre y su hermana hayan fallecido el mismo día. Una terrible tragedia que tiene a la artista completamente desolada, tal y como ha informado ella misma.
"Tengo el corazón roto por haber perdido a mi madre este pasado fin de semana. Tristemente, en un trágico giro de los acontecimientos, mi hermana perdió la vida el mismo día", ha destapado sin querer entrar en más detalles. Del mismo modo, la cantante de 55 años asegura que se siente bendecida por haber pasado la última semana con su madre. Sobre todo, porque ha podido llevarse un buen recuerdo de ella.
"Agradezco el amor y el apoyo de todos y el respeto a mi privacidad durante este momento imposible", ha pedido a sus seguidores. Y es que pese a que la relación entre Mariah y su madre fue complicada, la artista siempre estuvo unida a ella.
"Como muchos aspectos de mi vida, mi relación con mi madre ha estado llena de contradicciones y realidades opuestas. Nunca ha sido solo blanco o negro: ha sido todo un arco iris de emociones", confesaba en su libro, 'The Meaning of Mariah Carey'. Una relación que definió como espinosa y llena de "celos, admiración y decepción".
Un dolor que, en parte, provenía de esa competitividad profesional que se había instaurado entre madre e hija. Patricia era cantante de ópera y entrenadora vocal, pero no llegó a triunfar y siempre le tuvo cierta envidia al éxito que había conseguido su hija Mariah.
Pese a ello, nunca han perdido el contacto e incluso llegaron a actuar juntas en 2010 en un especial navideño. Mientras que, en cuanto a su hermana, parece que la situación era bastante más complicada. De hecho, Alison Carey llegó a denunciar a su madre, Patricia, por someterla a experiencias traumáticas cuando solo tenía 10 años.
Del mismo modo, también arremetió contra su hermana, a la que le pidió nada menos que 1,25 millones por el impactante relato de sus memorias, lo que le causó una "inmensa angustia emocional". Y es que Carey se sinceraba por completo con sus seguidores en ese polémica libro, desde un matrimonio opresor, a violencia familiar y también el trastorno bipolar que padece.
"Me di cuenta de que cuando los gritos de los adultos alcanzaban cierto tono, debía ponerme a cubierto", relataba respecto al infierno que había vivido durante su infancia. Declaraciones ante las que su hermana se sintió "profundamente dañada". Sobre todo, cuando la artista llegaba a insinuar que Alison fue capaz de arrojarle una taza de té hirviendo cuando era apenas una niña, lo que le causó quemaduras de tercer grado. Y no solo eso, sino que había acusaciones todavía más graves, como la de que intentase "venderla a un proxeneta".
Mientras que, por su parte, ella se defendía alegando que sufría muchos problemas de salud y leer esas afirmaciones habían empeorado su estado.
La relación entre ambas hermanas era tan complicada, que dejaron de tener contacto en los años noventa, justo después de que sus padres se divorciasen. Sin embargo, Carey no ha dudado en lamentar esa terrible perdida, quizás porque siempre esperó poder tener un acercamiento o arreglar las cosas.