José Luis Gil, el actor que se ganó al público con sus doblajes en películas de animación e inolvidables interpretaciones en series y películas como ‘La que se avecina’, sigue recuperándose del derrame cerebral que sufrió el 4 de noviembre de 2021 y que le obligó a alejarse de la vida pública. Y, a pesar de que continúa recuperándose poco a poco con el apoyo de su entorno, hace unos días sufrió un nuevo contratiempo de salud, tal y como ha informado su hija Irene, la hija del intérprete con Carolina Montijano, que lleva un año ejerciendo el rol de portavoz de la familia.
“Hemos tenido un bache en el camino, celebramos el Día de la Almudena con un tropiezo y rotura de meñique”, compartía una imagen de su padre con el brazo escayolado, aunque ha aclarado que este percance, afortunadamente, no ha influido en su estado de ánimo: “Ahora, energía no le falta, ha seguido rehabilitando y saliendo a tomar su cafetito”, admira la fortaleza de su padre, que aparece en esta publicación tomándose un café en una terraza de la capital.
Muchos fans de José Luis se han mostrado preocupados por su estado de salud, han dado las gracias a Irene por actualizar su situación y han deseado una pronta recuperación al actor. “Este hombre es un luchador. Ánimo para ti y familia, esperamos verte pronto”, “Que alegría verte, lo mejor del día. Saldrás de esta porque eres grande y aún tienes mucho que dar” o “Esa es la actitud, celebrar cada día, seguir disfrutando de cada paseo, café y todos los momentos de felicidad”, son solo una muestra de los numerosos cariñosos mensajes que recoge el tablón de este post.
Los compañeros de ‘El Español’, a finales de octubre, se ponían en contacto con la familia de Gil para conocer cómo se encontraba el artista cuando se cumplía un año del grave problema de salud que lo tuvo ingresado una temporada en el hospital Nuestra Señora del Rosario. “Todo avanza según lo previsto, cada día un poco mejor”, daba la gracias “por el interés” sin querer entrar en detalles. De hecho, el pasado mes de agosto, con una foto de sus progenitores, Irene aclaraba que su padre estaba avanzando con ayuda de “gente maravillosa”, pero que este proceso es bastante “lento y no hay nada que contar”.