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Natalia de Molina, sobre las adicciones: "Es una rueda tóxica: cuanto más tristes estemos, más vamos a querer consumir"

En la alfombra roja de los premios Carmen del Cine Andaluz, una de las actrices más elegantes fue Natalia de Molina, nominada por 'Desmontando un elefante', de Aitor Echeverría. Lo primero que resalta la actriz de este rodaje es su amor incondicional por su madre en la película, Emma Suárez. “La amo, nos queremos un montón y ha sido gracias a esta experiencia que hemos compartido”, cuenta y destaca que “es una mujer, que no hay palabras, todo se queda pequeño a su lado”. En el filme, Suárez interpreta a una arquitecta que regresa a casa tras haber pasado por una clínica de desintoxicación para tratar de superar su adicción al alcohol. Ambas como madre e hija realizan una labor de conexión tal que incluso llegan a parecerse físicamente. “Qué bonito eso que me dices”, suelta de Molina cuando se le apunta, “es que son un reflejo en cualidad una de la otra, madre, hija”.

Este filme ha supuesto un trabajo que ha atravesado a las dos intérpretes. Si Emma Suárez ha declarado que le ha llegado muy dentro y le ha hecho darse cuenta del problema tan profundo que suponen las adicciones, Natalia de Molina señala que, en su caso, ha aprendido “a darme cuenta de muchas cosas que antes las veía como normales, porque están muy naturalizadas y te das cuenta de que es un gran elefante al que nadie quiere enfrentarse”. Porque, como subraya, “nadie quiere reconocerse en ellas, pero tenemos que darnos cuenta que el sistema funciona a base de adicciones, necesita que la gente consuma más cosas, que se ponga parches”.

La actriz va más allá al señalar que ese mismo sistema hace que “cuanto más tristes estemos, más vamos a querer consumir”. Por eso, alerta de que se trata de “una rueda súper tóxica que deberíamos de afrontar y mirarla. De esa manera, cuando lo sepamos bien y nos reconozcamos ahí, algo podrá cambiar. Mientras tanto vamos a ir alimentando ese nicho”. Por otra parte, recalca que las personas que tienen adicciones y van a intentar desintoxicarse son “muy valientes” por tratar de “poner fin a esos problemas y pedir ayuda”.

Ese miedo a pedir ayuda muchas veces está causado por los tabúes que acompañan a la adicción. “A veces nos cuesta mucho pedir ayuda porque hay vergüenza, porque hay mucho estigma, porque también es difícil decir ‘oye’ tengo este problema y reconocerlo’”, apunta. Por eso, considera que hay que hablar más de este tema y anima a ir a ver la película. “No se lo ponemos nada fácil como sociedad, cuando se merecen todo el apoyo del mundo”, comenta y también resalta la labor de los familiares de personas con adicciones. “La gente que los acompaña y que están apoyándolos, cuidándolos, a veces tan volcados que dejan de pensar en sí mismos”, afirma ya que realizó junto a Emma Suárez una profunda investigación sobre cómo se vive la adicción. Su personaje, de hecho, se vuelva tanto en su madre que incluso se olvida de sí misma. Por eso, de Molina recuerda que “el que cuida también necesita ayuda.”

Las palabras de Natalia de Molina sobre el acceso a la vivienda en España

La joven actriz, ganadora de dos Goya y que también acudió a los premios este año, consiguió el segundo gracias a la película 'Techo y comida', que ya trataba un tema muy cadente hoy en día: la dificultad de acceso a la vivienda. “Es muy triste, y esto lo he hablado muchas veces, que una película que rodamos en el año 2015, siga con tanta vivencia”, señala Natalia de Molina, una mujer muy comprometida con temas sociales. “En esa época, y pensábamos que era una cosa, que simplemente dejábamos el testigo de algo que iba a pasar. Pero lo triste es que seguimos ahí, que cada vez la cosa está peor y que la pobreza está cada vez creciendo más”, recuerda.

Natalia de Molina se pronuncia sobre el interrogatorio a Elisa Mouliaá

Por eso, considera que hay que estar al tanto de la realidad, para transformar y mejorar la sociedad. También pone el dedo en la llaga en su sector. “Mira en nuestra industria, el problema con la mujer, con la igualdad, con la diversidad, con los grupos que dicen que son minoritarios… Este es un problema que se extiende, que es transversal”, asegura y reconoce que afecta a todas las profesiones. Por eso, hay que apoyar a quienes lo denuncian. “Poco a poco, aunque hay mucho miedo, se empieza a romper el silencio, que es la ley que nos ha regido a todos”, dice y añade que “es importante hablar y saber escuchar, que hace mucha falta saber escuchar”. Porque sino, las víctimas seguirán teniendo miedo a levantar la voz y señala el ejemplo del juez Carretero en su interrogatorio a Elisa Mouliaá. “Ahí te das cuenta y ha sido un claro espejo de que la gente sabe por qué las mujeres, por qué pasa lo que pasa: porque estamos muy desprotegidas”, concluye la actriz.

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