Su ‘Diario de cuarentena’ es la guía de cómo ha vivido este confinamiento. Vídeos con los que David Otero ha hecho de su feed de Instagram una catarsis colectiva para soltar los miedos, incertidumbres, ansiedades y alegrías que han flotado por su cabeza durante estos casi dos meses de encierro. Cuando era un crío le dijeron que “llorar es de flojos”. Con los años, y a base de mucha terapia, le ha dado la vuelta al cuento y ha decidido soltar sus emociones de golpe. “Ahora he roto la barrera”, asegura.
Pero no todo han sido dramas en estos tiempos de coronavirus. El cantante ha conseguido su primer número uno en solitario con ‘Una foto en blanco y negro’, una canción que ya fue un himno hace casi diez años a la que le ha dado una segunda (y muy exitosa) vida. Y esto también lo ha sabido relativizar. Tantos años en la música le han hecho ser “una persona realista y, en un sentido social, poco egoísta”.
Con él hemos hablado de todo esto. De la fina línea entre el éxito y el fracaso, de esta cuarentena forzosa con dos peques en casa, de un posible reencuentro de 'El Canto del Loco', del papel de la mujer en la industria y de un futuro cultural para el que no todos ven un horizonte claro.
Dices que tu mejor momento personal ha llegado en el peor momento. ¿Cómo se gestiona eso? Porque supongo que no está el cuerpo para mucha celebración...
Lo llevo con relativa normalidad. En este momento, cualquier cosa que te pase buena la tomas con cierta relatividad. Creo que soy bastante realista y, en un sentido social, poco egoísta. Ser número uno es una alegría, claro, pero mi espíritu está en otro punto.
Tu carrera está llena de puntos y aparte. Con ‘El Canto del Loco’, El Pescao y ahora David Otero. ¿Empezar de cero varias veces te ha servido para relativizar el concepto de éxito?
Lo que entiendo yo por éxito a nivel profesional está muy vinculado a mi situación familiar, a cómo puedo compaginarlo con mi vida como padre y como marido. Sería un fracaso absoluto no poder estar en mi casa el tiempo que a mí me gustaría por culpa del trabajo. Para mí el éxito es vivir de lo que me gusta, que tenga lo suficiente como para poder vivir de ello y a la vez que me deje espacio para tener una vida normal y corriente. No todo es llegar alto a nivel laboral. Yo he visto muchos casos a mi alrededor de gente que dependía solo y exclusivamente de su éxito profesional.
Este confinamiento ha hecho que la cultura no tenga mucho horizonte al que mirar. ¿Tú cómo lo estás llevando con un disco a punto de salir y muchos conciertos y festivales cancelados o aplazados?
En el punto en el que estamos, cuanto más intentes avanzar, más te vas a frustrar. Es una tontería cerrar fechas si no vas a poder llevarlas a cabo. Será bienvenido el momento en el que se pueda volver a subir a un escenario. Ahora toca estar todos unidos. Una vez cambie nuestro modelo de vida, empezaremos a valorar cuándo volveremos a hacer con nuestros quehaceres. Es un poco egoísta pensar solo en ti.
Esta cuarentena ha conseguido que se vuelvan a juntar bandas míticas como ‘El Sueño de Morfeo’. ¿Habéis pensado hace lo mismo con 'El Canto del Loco'?
No hemos hablado del tema. No ha surgido. Las cosas tienen que suceder de forma natural y espontánea. Cuando las cosas son así tienen mucha más esencia y alma. Forzar algo no tiene sentido es contraproducente. En la música, que es un elemento vivo, se nota lo que no es de verdad. ¿Que por repercusión mediática habría sido la bomba? Por supuesto. Pero todo lo que no está en esa ecuación no tiene ningún sentido.
Has hablado de que no te apetece componer, que no es el momento. Y eso que muchos pensarán lo contrario, que es una etapa estupenda para ser creativos y plasmar todas estas emociones en música…
Ahora mismo no tengo la cabeza para componer. Necesito muchas horas para encerrarme. La composición la encuentro en la normalidad, la estabilidad me da herramientas para componer. Valoro muchísimo a la gente que está encontrando inspiración porque me encantaría tener esa capacidad de expresar lo que siento.
También has querido visibilizar los problemas de todos, contando que tienes angustia, ansiedad… ¿Crees que es importante que los rostros populares os mojéis en estas cosas y no os limitéis a dar una versión artificial de vosotros mismos?
Yo he tomado la decisión de naturalizar mis emociones porque, desde mi infancia, expresarlas era un sinónimo de debilidad. Cuando era niño me repitieron hasta la saciedad que llorar era de flojos. Según ha pasado el tiempo, a base de tratamiento, he ido encontrando respuestas y descubriendo que contar lo que me pasa puede ser positivo para el que lo pueda escuchar. Hay mucha gente que cree que es negativo sentir las cosas. Ahora he roto la barrera. Está muy estigmatizado. En el 'Diario de cuarentena' he querido naturalizarlo. Si lloras varias veces al día, ¿por qué no lo vas a contar? He conectado con gente gracias a esto.
El 8M compartiste un post hablando de tu repre y de lo complicado que es trabajar en este sector siendo mujer. ¿Qué opinión tienes al respecto?
Tengo la suerte de trabajar con muchas mujeres. Marina, mi mujer y mi mánager, es la que dirige mi proyecto. Creo que defender el feminismo y contarlo debe ir más allá de los ideales políticos. Es una pena que en España se confunda con lo que realmente es importante. Mi posición en este aspecto ha sido siempre más que clara.
Estos días están siendo muy intensos, de mucha reflexión. ¿Has llegado a parar y pensar lo que has conseguido en la música y el recorrido que te queda por delante?
El problema de los que nos dedicamos a la música es que nos sintamos más importantes que esos tres minutos que dura una canción. Nuestra labor termina ahí, no pasa de eso. El resto de la vida no gira en torno a ti. No eres tan importante, el que lo piense tiene un peligro brutal.