Camaleónica es el adjetivo que mejor define a la protagonista de nuestra noticia. Una artista multidisciplinar que ha demostrado que se mueve como pez en el agua en cualquier disciplina: ficción, música, publicidad, videojuegos e incluso realitys shows -como presentadora, eso sí, aunque su personalidad nos permite asegurar que como concursante también sería una joya-. No existe ámbito que escape al talento de Najwa Nimri. La actriz, en plena promoción de ‘La Sagrada Familia’, la nueva serie de Netflix, ha atendido a la agencia GTRES, dejando claro en esta entrevista que su faceta como madre es la que más orgullo le produce.
A lo largo de las casi tres décadas que lleva en el mundo del espectáculo, es escasa la información que existe sobre la vida privada de Najwa Nimri. Contadas son las ocasiones en las que ha hablado de su hijo Teo, de 18 años, del cual se desconoce la identidad del padre, aunque desveló recientemente en Fotogramas que le conoció en el rodaje de ‘Lucía y el sexo’.
“Creo que la maternidad es una de las cosas más importantes que hay. Una madre es todo”, reflexiona Najwa, que responde con firmeza a qué es lo mejor y lo peor de traer un bebé al mundo: “Lo mejor que relativizas. Todo lo que te parecía superimportante, empiezas a quitarle importancia y a entender que lo importante son cosas muy sencillas. Lo peor, que toda tu vida pasa a un segundo plano, tus prioridades empiezan a ser el niño”.
La llegada de Teo, que ya está totalmente “independizado”, enseñó a la intérprete que compatibilizar la crianza con una trayectoria como la suya es complicado, pero no imposible. “Se pueden hacer ambas, lo que pasa es que si solo te centras en trabajar y a tener los niños con la nanny, pues los niños van a ser menos tuyos. Luego vas a tener poca autoridad para decirle a los niños que hagan tal o cual, porque, en realidad, se han criado con otra persona, entonces todo es un toma y daca”.
En esta línea, Najwa siempre tuvo claro que se encargaría de la educación de su retoño sin la ayuda de una profesional que facilitara su actividad laboral, aunque llegó a la conclusión de que no podría darle hermanitos por los sacrificios que esto supondría: “En mi caso, como quería criarlo yo, lo he criado yo, no lo ha criado nadie por mí, no he tenido una persona cuidando al niño. No tenía una interna porque paso. Además decidí tener uno, porque no podía con tres”.