En el año 2009, dos años después del nacimiento de su hijo Kike, Fabiola y Bertín crearon la Fundación Bertín Osborne con el objetivo de dar soporte y ayudar a las personas que sufren parálisis cerebral y a sus respectivas familias. Ella se convirtió en la presidenta y él en el vicepresidente de una Fundación que ahora tiene un nombre nuevo. A partir de ahora se llamará Fundación Kike Osborne.
Tal y como ha explicado la propia Fabiola Martínez en los premios Dona2 - creados por esta fundación -, el cambio de nombre tiene que ver exclusivamente con la próxima mayoría de edad de Kike. "La idea estaba planificada. No es verdad las cosas que se han dicho de la relación que yo tenga con Bertín. Lo esencial es que sea Kike el que dé la visibilidad", comenzaba diciendo la empresaria.
Fabiola explicaba que hasta ahora, que era menor de edad, eran ellos los que le representaban. Por eso decidieron que, con su mayoría de edad, se cambiara de nombre porque "la esencia de la fundación es él". "Normalmente, el plan de actuación se hace a un año vista para que las acciones sean adelantadas al patronato. Ese es el cambio y no hay que dar más vueltas. Bertín y yo nos llevamos fenomenal, muy bien. Es el padre de mis hijos y la persona con la que he compartido muchos años de mi vida", sentencia sobre la relación entre ellos.
En enero de 2007 nacía el primer hijo en común de la pareja, que llegó al mundo con una parálisis cerebral debido a la listeriosis que sufrió su madre durante el embarazo, algo que se produce a raíz de haber consumido un alimento. En el discurso que Fabiola concedía en la entrega de premios Dona2, la exmujer de Bertín Osborne ha recordado la dura noticia que recibió por parte de los médicos.
"Cuando nació Kike nos dijeron que las probabilidades de que pudiera desarrollarse eran casi nulas. Después, que su esperanza de vida sería de dos años. Y nada de eso se cumplió", ha dicho en estos premios, orgullosa del crecimiento de Kike Osborne. Todo eso es el origen de esta fundación, ayudar a otras familias que están pasando por la misma situación.
Fabiola reconoce el gran esfuerzo que hace cada día su hijo. "Muchas veces estoy cansada y me cuesta todo un mundo. Y me digo: ‘No llego, no tengo tiempo, no puedo’. Y veo a Kike que se esfuerza tanto por hacer sus cosas, sus ejercicios, que me digo: ‘Venga, que tienes que estar en primera fila’. A veces me sirve de terapia y es Kike el que me ayuda con su ejemplo", comenta sobre las lecciones que le da Kike a diario.