A finales de 2017, Tamara Gorro y Ezequiel Garay se convirtieron en padres por segunda vez con el nacimiento de su hijo Antonio. La influencer y el futbolista ampliaban la familia que habían comenzado a formar dos años antes con la llegada de su primogénita Shaila, nacida mediante gestación subrogada tras las muchas dificultades de la presentadora y colaboradora para ser madre. El niño, llamado así en homenaje a un amigo de la pareja fallecido poco antes, cumplió el pasado diciembre seis años, y ha cambiado mucho. Un crecimiento del que dan cuenta las redes sociales de su madre: allí ha mostrado la pasión que ha heredado Antonio de su padre.
La "familia virtual" de Tamara, como ella denomina a los dos millones de seguidores que acumula en Instagram, es testigo de las andanzas de la madrileña, de sus proyectos y novedades profesionales, pero muy especialmente, de ese día a día personal de Gorro en el que tienen, lógicamente, un papel clave, Shaila y Antonio. Los niños suelen aparecer con mucha frecuencia en las redes sociales de su progenitora, que hace unos meses reflexionaba, de hecho, sobre esa exposición de su hija mayor, siendo criticada por ello.
En las últimas horas, la extronista ha mostrado un plan reciente. Algo que ha hecho junto el miembro más pequeño de la familia, esa que sigue estando totalmente unida pese a la separación entre Ezequiel y ella hace ya más de un año. Lo cierto es que la última escapada de Tamara y Antonio ha dejado claro que el pequeño del clan ha heredado y de qué manera la pasión de su padre por el fútbol: si Garay se retiró en 2021 tras más de quince años en el de trayectoria profesional en la disciplina, jugando en distintos clubes españoles e internacionales, su hijo pequeño es todo un aficionado a este deporte.
Así lo ha demostrado su madre en Instagram. La Gorro ha publicado un buen puñado de imágenes del viaje que ha hecho junto al niño a Bilbao. ¿El motivo? La disputa de la semifinal de la Copa del Rey entre el Athletic de Bilbao y el Atlético de Madrid, del que Antonio parece ser devoto seguidor. En las fotografías y vídeos que su madre ha publicado en su muro y en sus historias, se puede apreciar la emoción de Antonio durante el partido, aplaudiendo y animando, con palomitas en la mano. También en los momentos previos y posteriores, en las inmediaciones del estadio o posando, orgulloso, con su bufanda dentro del mismo.
"Ayer vivimos un día inolvidable, juntos, disfrutando el uno del otro, madre e hijo. Apoyando a nuestro equipo y por supuesto alegrándonos por el ganador", reconoce la influencer. Según sus palabras, el niño lloró inicialmente con la derrota del equipo madrileño, pero acabó con una sonrisa. "Creo que es un valor muy importante que dar a los pequeños: la paz y aceptación en el juego", reflexionaba su madre.