El pasado mes de diciembre, Joaquín Torres sufrió un accidente de moto que casi le cuesta la vida. Ahora, ya recuperado, el arquitecto ha vuelto a sufrir otro trágico acontecimiento tras la muerte de su madre ayer, sábado 2 de marzo.
Ya desde hace unos meses, la mujer arrastraba problemas de salud que incluso llegaron a interferir en la luna de miel de Joaquín con su marido, Raúl Prieto. Sin embargo, no fue hasta este fin de semana cuando ocurrió el fatal desenlace que él mismo compartió a través de sus redes sociales: “Mi madre se ha ido esta mañana rodeada de amor y una parte de mí se ha ido junto a ella. Mamá se fue como ha vivido, discretamente, sin lamentos y dando amor”, comenzó escribiendo en sus historias temporales.
Y es que el empresario siempre ha hecho alarde de la gran relación que mantenía con sus padres, en especial con su madre. Por ello, quiso seguir comapartiendo con el público sus sentimientos tras su pérdida: “Hoy estoy completamente roto anímicamente y físicamente. El vacío que ha dejado en mí es desolador y lo ha arrastrado todo. Sé que tengo que aprender a no verla, a no tocarla, a no oírla, a no olerla. Aunque sé que parte de su energía siempre estará conmigo. Me ha dejado tanto amor y un ejemplo de vida que siempre será su legado, que nada ni nadie podrá superar”.
Además, quiso concluir su texto anunciado que pasaría un tiempo desconectado de sus seguidores: “Quería haceros partícipes a todos de mi gran pérdida y pediros un poco de paciencia para que vuelva a estar con vosotros”.
Sin embargo, un día después ha reaparecido de nuevo en su perfil. Esta vez, ha subido una fotografía en la que madre e hijo posaban agarrados mientras él no dudaba en darle un beso en el rostro. Entonces, ha querido volver a abrirse desde lo más profundo de sus sentimientos: “No hace ni 24 horas que mamá se fue. Mi mundo hoy es otro ya para siempre. Mi casa, mi calle… Mi mundo se apagó sin remedio. Amarillos, naranjas, azules, verdes… se han transformado en tonos sin vida”, ha plasmado en las primeras líneas del mensaje.
Además, ha compartido parte de la última conversación que tuvo con su progenitora, a la que prometió “que podía irse tranquila”: “Le prometí que estaba preparado y que me ocuparía de mi padre hasta su último aliento”. Sin embargo, tal es el dolor que el fundador del estudio de arquitectura A-cero siente que reconoce “sentir tal vacío que no sabe si podrá cumplirlo”.
Para finalizar, a pesar del complicado momento, ha querido aprovechar la oportunidad de agradecer a todos los que en estas últimas horas le han mandado “innumerables muestras de apoyo y cariño”.