Raphael lleva casi cinco décadas años casado con la madre de sus tres vástagos, Natalia Figueroa, y, a pesar de que es considerado uno de los cantantes más importantes de nuestro país, es poco lo que sabemos sobre esta relación. De la misma manera, sus hijos siempre han tratado de llevar una vida lo más apartada del foco mediático -a excepción de Manuel, que pasó por el altar con Amenia Bono, la hija de uno de los políticos más conocidos de nuestro país-. Fruto del matrimonio del artista, como decíamos, llegaron sus tres descendientes: Jacobo, Alejandra y Manuel Martos. Pocas son las veces que los hemos visto posando en eventos sociales o en alfombras rojas, a pesar de su apellido.
La segunda hija de Raphael es Alejandra Martos, quien probablemente sea la más desconocida del clan. Ya ha confesado, en más de una ocasión, que es una persona discreta y que solamente acude a eventos donde los protagonistas sea algún miembro de su familia. Ahora, la joven ha concedido una entrevista en donde ha desvelado si le pesa su apellido y si le ha afectado a lo largo de su vida. ¡Te lo contamos!
Alejandra ha trabajado como restauradora de cuadros en el Museo Thyssen de Madrid, aunque pidió una excedencia en el año 2016. Y, así, se trasladó a México, debido al trabajo de su marido. Fue en el año 2001 cuando la hija mediana de Raphael se casó con Álvaro de Arenzana, hijo de los Condes de Fuente Nueva. Ambos son padres de dos niños: Carlos y Manuela, a los que prefiere mantener en el anonimato. De hecho, en una reciente entrevista concedida en 'Vanitatis' ha dicho que el mayor consejo que les da es que tengan cuidado con las redes, "ya que son muy agresivas". En septiembre de 2020 saltó la noticia de que Alejandra y Álvaro habían decidido separarse.
Ahora, la hija mediana de Raphael y Natalia Figueroa, ha concedido una entrevista en el medio mencionado en donde desvela si le pesa el apellido Martos: "Mis padres son los que son, estamos donde queremos estar y el que no quiere no sale. Nos han educado en la normalidad, nos han dado valores, herramientas y apoyo en lo que queríamos hacer. He mamado lo que es el esfuerzo, el trabajo".
Además, en 'Vanitatis' ha relatado un duro episodio de su infancia: "En el colegio hemos sufrido cosas. Siempre había quien insultaba, quien se reía, quien hacía comentarios feos. Las primeras veces te afectaba, pero después lo procesé de otra manera. Ahora es diferente y hay que ser muy sólido, muy fuerte y tener todo muy claro para que no te tumben".