Marlène Mourreau se convirtió en los 90 en uno de los rostros más reconocidos de la pequeña pantalla. La exvedette, sin embargo, mantiene ahora un perfil mediático más bajo en comparación a aquella época. Hace unas semanas, la también actriz se sinceraba acerca de su complicada situación familiar y ahora, ha realizado unas duras declaraciones con las que deja evidencia del difícil momento que está atravesando en su faceta más personal.
El pasado mes de julio, Marlene explicaba a Europa Press que a día de hoy no mantiene ningún vínculo con su familia: "Ni mi mamá, ni mi hermana, ni de nadie. No sé dónde están, ni me vienen a ver, ni sé de nadie", confesó. Aunque afirmó que su madre “está por ahí, viva”, diferente es la situación en cuanto a su figura paterna se refiere, a quien si expresó echar de menos desde que tuviera que darle el último adiós hace doce años.
Precisamente, es este instante el que ahora ha señalado al citado medio como un punto de inflexión en su clan: "Mi padre se murió en 2012 y que me he enterado que habían hecho chanchullos en mi espalda para no dejarme ninguna casa ni nada, cosas de los franchutis… Me han quitado todo, le ha dado a mi madre por dejar todo a mi hermana, o sea, no sé, yo no sé qué he hecho mal en mi vida para que me quitan todo”. De hecho, ha querido recalcar que su relación con el resto, con quienes no tiene contacto “desde antes del confinamiento”, ha tenido el peor desenlace: “Mi familia me ha desheredado. Pero gracias a Dios he trabajado yo toda mi vida, he sido independiente y desde los 18 años trabajo y he invertido en muchos negocios y gracias a eso yo vivo, porque si tengo que esperar las herencias de la familia, lógicamente”, ha sentenciado.
Sin embargo, ha señalado que lo poco que habló con su progenitora en los últimos años era “para discutir”, razón por la que no espera recuperar los lazos con ella ya que no quiere “personas negativas y tóxicas” en su vida. A pesar de sus duras declaraciones, se ha sincerado acerca de la conexión con su hijo, el actor Gabriel Guevara, a quien da las gracias “de estar viva y darle las ganas de seguir siendo madre”. Al contrario, el padre de su primogénito se marchó a Francia: “No tengo a nadie, hasta el padre se fue a otro país”, ha añadido.