Día importante el que vive hoy el mundo del tenis. A sus treinta y ocho años, Rafa Nadal, el tenista más exitoso de todos los tiempos, y una de las leyendas del deporte internacional, ha anunciado oficialmente su retirada. La noticia confirma una idea que rondaba desde hacía meses en la escena deportiva, desde que en mayo de 2023 apuntase que probablemente sería 2024 el último año de su larga trayectoria deportiva. Así ha ocurrido, finalmente, como él mismo ha desvelado en un largo vídeo en redes sociales agradeciendo el cariño que ha recibido en estos años. Ponemos el foco en el discreto entorno íntimo de Nadal: de su mujer Xisca a su hijo Rafa, con quienes podrá pasar ahora más tiempo.
Será la Copa Davis el último torneo en el que veremos jugar al de Manacor como profesional, entre el 19 y el 24 de noviembre. A partir de ahí, un nuevo escenario para el que ha sido el gran referente del deporte patrio desde hace dos décadas. Atrás quedará un legado inconmensurable con veintidós títulos individuales de Gran Slam, catorce Roland Garros y recibiendo la consideración unánime de ser el mejor tenista de la historia en tierra batida, entre una larguísima lista de campeonatos y proezas.
Se abre ahora un horizonte distinto para el balear, que más allá del tenis, ha generado en torno a él un importante patrimonio y legado. Además de los muchos contratos y campañas publicitarias que ha protagonizado desde que en 2005 comenzara a hacerse un hueco en la primera línea del tenis mundial, Rafa cuenta con importantes activos inmobiliarios y una extensa colección de coches. Fuera de lo estrictamente patrimonial, tiene desde hace años un proyecto muy personal: una escuela de tenis propia, la Rafael Nadal Academy. Aunque no ha hablado, por ahora, sobre si centrará en alguno de estos ámbitos tras colgar la raqueta, en el vídeo de despedida sí ha tenido palabras para los suyos.
Uno de esos nombres que ha mencionado es el de su compañera sentimental desde hace unas dos décadas. Mery Perelló, o Xisca, como también se refieren a ella los suyos, conoció a Rafa siendo adolescentes al ser amiga de su hermana. Aunque no se sabe exactamente cómo empezaron, en 2005 ya había fotografías de ambos juntos.
Mallorquina y licenciada en Administración y Dirección de Empresas, ha sido siempre uno de los grandes apoyos del tenista, siempre desde un discretísimo segundo plano, reduciendo mucho sus apariciones públicas, reducidas a las gradas de las pistas, como apoyo al deportista, o a su papel en la Fundación Rafa Nadal. La pareja ha dado pasos importantes en los últimos años, como su boda en 2019 y el nacimiento de su hijo en 2022.
El otro gran protagonista en la vida personal del manacorí es su, por ahora, único descendiente. Rafa Jr. llegó al mundo en octubre de 2022, y cumplió, de hecho, dos años la semana pasada. Si la discreción ha sido siempre la norma habitual de sus progenitores, con respecto a su paternidad esto se ha incrementado exponencialmente. Nunca han compartido fotos con él y las únicas imágenes son fruto del trabajo de los paparazzi, así como de los reporteros gráficos que han inmortalizado en ocasiones a madre e hijo dando ánimos a su padre durante los partidos. Es así como hemos podido saber, también, que el pequeño Rafa parece seguir los pasos de su padre en el tenis, siendo visto con su propia raqueta en ocasiones.
Pilar imprescindible en la vida del tenista ha sido también su única hermana, María Isabel Nadal, más conocida como Maribel. Es dos años menor que Rafa, y siempre han estado tremendamente unidos. Gracias a ella conoció a Xisca, ya que ambas iban juntas a clase y se la presentó a su hermano. Discreta como el resto de la familia, sí la hemos podido conocer mejor gracias a sus redes sociales. Maribel es gran amante del deporte también, se licenció en INEF y quería ser profesora de Educación Física, pero actualmente trabaja en la Fundación Rafa Nadal como directora general de la institución. También es aficionada a la moda, y tiene su propia empresa.
Dos de las principales piezas en el puzle familiar tienen todavía una presencia pública mucho menor. Se trata de los padres del mallorquín, Sebastián Nadal y Ana María Parera.
Sí se sabe que ambos se separaron en el año 2009, pero hubo reconciliación y en 2011 su progenitora aclaró a la prensa que volvían a estar juntos desde hacía unos meses y habían querido retomar su matrimonio. Sebastián es quien ha gestionado la fortuna y las finanzas de su hijo, mientras que Ana María es, desde 2008, presidenta de la Fundación.
Si hay una excepción en el clan Nadal a la habitual discreción y hermetismo esa la forman los dos tíos paternos de Rafa, hermanos pequeños de su padre. Toni Nadal fue el entrenador y gran mentor de su sobrino durante muchos años, hasta que en 2017 decidió retirarse y centrarse en la escuela de tenis de este. Por su parte, Miguel Ángel fue el primer gran deportista de la familia, como futbolista del Mallorca, el Barcelona y la selección española. También tiene una gran relación con su sobrino.