Abarcar la intachable trayectoria profesional de Rafa Nadal, considerado uno de los mejores tenistas de todos los tiempos, es tarea compleja. Pero valga el dato de ser el segundo jugador de tenis con más títulos de toda la historia para evidenciar el tamaño de su figura. Una condición de estrella internacional del deporte que mantiene desde hace ya décadas, y que, en cualquier caso, no ha conseguido trasladarse a una exposición de su vida personal. El interés en la faceta íntima del manacorí es obvio, como ha quedado evidenciado en el reciente bautizo de su hijo, pero Rafa siempre ha logrado que esta permanezca al margen. Aunque, de vez en cuando, hay excepciones: una se ha producido hace solo unas horas, cuando ha compartido una romántica imagen con su mujer, Xisca Perelló.
La historia de amor entre Nadal y Perelló es una de esas digna de ser contada. Ambos nacieron y se criaron en el mismo lugar. Maribel Nadal, la hermana del deportista, les presentó hace ya casi dos décadas y media tras ser amiga de Xisca desde el colegio. Hubo flechazo y en el año 2000, siendo adolescentes, comenzaron a salir. No es mucho lo que se sabe de los detalles y evolución de su romance, pero en todos estos años no se les han conocidos, al menos públicamente, vaivenes ni crisis sentimentales.
Desde que el balear saltase a la primera línea del tenis mundial intentó proteger firmemente su relación. En el año 2005, cuando conquistó su primer Roland Garros, entre otros reconocimientos, salieron a la luz las primeras imágenes de la pareja. Con el paso del tiempo, Perelló (nacida María Francisca y apodada generalmente Xisca o Mery), comenzó a dejarse ver habitualmente en las gradas, animando a su pareja y viviendo con intensidad sus partidos y enfrentamientos, emocionándose públicamente en algunos de ellos.
En este tiempo lejos de los focos, Rafa y Mery han dado importantes pasos en su historia de amor. Dos de los más trascendentales tuvieron una notable repercusión mediática, pese a su habitual hermetismo. El primero, su boda, celebrada en 2019 en Sa Fortalesa (Mallorca), con invitados de excepción como los reyes eméritos o grandes figuras del tenis y del mundo del deporte en general. El segundo, el nacimiento en octubre de 2022, de Rafa, su primer y por ahora único hijo en común, al que protegen activamente frente al interés mediático Paralelamente, ambos trabajan mano a mano en la Fundación Rafa Nadal, en la que Perelló ostenta la dirección.
Pero lo cierto es que más allá de la presencia de Xisca en los torneos y partidos de su marido, y de las mencionadas apariciones conjuntas en actos relacionados con el mencionado ente u otros eventos deportivos, la relación entre ambos suele estar totalmente alejada del público. En redes sociales, donde muchos otros nombres del deporte comparten su faceta más íntima, Nadal se suele limitar a dar cuenta de sus retos y proyectos profesionales de forma casi exclusiva. Buceando en su muro de Instagram, y obviando imágenes de eventos o de tipo institucional relacionadas con la fundación, hay que remontarse a hace casi tres años para encontrar imágenes personales con su pareja, más allá de un fugaz retrato familiar.
Y el ganador de catorce Roland Garros ha hecho una llamativa excepción en las últimas horas al compartir una fotografía privada con Perelló en sus redes. Sus más de veintiún millones de seguidores de Instagram han sido testigos de la nueva publicación de Rafa, una instantánea junto a su mujer, tomada en un atardecer durante sus vacaciones de verano en Grecia. En concreto, el conocido como Rafa Nadal Tennis Centre, situado en Sani. En la imagen, ambos posan en actitud cariñosa y sonrientes, cogiéndose el uno al otro. Entre aplausos y mensajes de cariño, el deportista ha completado su post con el emoticono de unas manos formando un corazón.