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En casa de Manuel Carrasco y Almudena Navalón se festejaba el pasado miércoles una fecha marcada a fuego en su calendario. Hace exactamente cuatro años, sus vidas cambiaron para siempre con el nacimiento de su primera hija, una niña a la que pusieron de nombre Chloe. Un estreno en la paternidad que hemos podido seguir a a través de sus redes sociales, donde nos han mostrado (a cuentagotas) cómo ha ido creciendo esta pequeña de pelo rubio platino. El mismo camino que siguen con su segundo hijo, Manu Gael, que llegó a revolucionar la existencia del matrimonio dos años después que su hermana. Con motivo de este cuarto aniversario, la periodista le ha dedicado una carta que ha emocionado a sus admiradores.
“Como me has dicho esta mañana… Ya no tienes tres, ya tienes cuatro… ‘Aunque para ti, mami, siempre seré tu bebé”, hacía pública la conmovedora frase que le había dirigido la cumpleañera al inicio de este día tan especial. “Llevas muchos meses esperando este cumple, con muchas ganas… pero cómo te explico yo que para mí fue ayer el día que naciste”, admitía a su hija que tenía muy reciente la primera vez que la tuvo en sus brazos. “El tiempo vuela irremediablemente desde que somos padres, pero no hay nada que me haga más feliz que verte feliz. Y que cumplas muchos, muchos y muchos más años”, colgaba junto a esta felicitación una serie de fotografías de Chloe pasándoselo en grande.
La pareja preparaba a su hija una divertida fiesta ambientada en el espacio en la que no faltaron globos azules y amarillos de todos los tamaños, naves espaciales, cohetes, una máquina para hacer pompas de jabón y, como no, una mesa llena de canapés para los invitados. Y es que como ha concluido la propia Almudena, quiere a su hija “hasta la luna, ida y vuelta”, un claro guiño a la celebración que le han preparado.
Pese a que cuelga contenido de sus hijos en contadas ocasiones, y cuando se anima suele ocultar su rostro para proteger su identidad, cuando quedaban días para que su bebé soplara la primera vela de su cumpleaños, Navalón nos impresionaba al mostrar su cara junto a la de su padre, haciendo más visible el gran parecido que comparte con el músico.
“¡Por fin conocemos al pequeño Manuel! Qué bonitos padre e hijo”, celebraban su impulso. “De tal palo tal astilla”, eran otro de los mensajes que señalaban que había heredado de su padre hasta el “hoyuelo de su barbilla”.