En los últimos años, Ion Aramendi se ha convertido en uno de los rostros con mayor presencia en la televisión patria. El de San Sebastián estuvo más de un lustro pateando las calles como reportero en 'Sálvame', y en 2016 se estrenó como presentador, poniéndose al frente de programas de todo tipo desde entonces. Firme defensor de la tele que entretiene y de que la suerte hay que buscársela, el público ha sido testigo de su trayectoria ante las cámaras. Una carrera en la que también cuenta con el apoyo de su familia, un círculo íntimo que incluye, entre otros, a su mujer y sus dos hijos, a sus padres y a sus hermanos.
La vida del presentador ha pivotado entre su País Vasco natal y su ciudad de adopción, Salamanca, además de Madrid. Pasó su infancia en Gipuzkoa, mudándose con toda su familia a la ciudad castellana después de cumplir la mayoría de edad, aunque acabó yéndose a Bilbao por amor. Después de dedicarse durante años al baloncesto en ambas ciudades, estudió Periodismo y trabajó en una planta industrial, alcanzando un cargo directivo. Se casó con 26 y con 29 se divorció, huyendo a Australia para comenzar de cero. Un punto de inflexión, que le sirvió para enamorarse del surf, ganar dinero y encontrarse a sí mismo.
A su vuelta hizo un casting para ser reportero en La Fábrica de la Tele. Desde entonces, el público se ha familiarizado con la presencia del de Donosti en todo tipo de formatos. Y mientras desarrollaba esta extensa trayectoria profesional, Aramendi, que cumplió 44 el pasado febrero, ha formado una familia de la mano de su mujer, María Amores. Un equipo, como él mismo los define, que le acompaña y apoya en cada reto.
Sus padres son vascos de pura cepa, "de dieciséis o más apellidos", según el propio Ion. Y para los seguidores de Aramendi, no son unos completos desconocidos: han aparecido en ocasiones para mandar mensajes de cariño a su hijo en alguno de los programas que ha presentado, emocionándolo. Unos padres de los que ha tenido que estar separado durante los últimos meses, pero que están encantados de verle en la tele.
De su madre, de 70 años, Ion ha confesado que es de lo más besucona y que le insiste siempre en que deje hablar a los invitados en sus programas. También que es una verdadera 'gamer', entusiasta de los videojuegos de skate Tony Hawk que participa en hermandades sin revelar su edad. Su 'ama' parece tener buena mano con la cocina: Ion habla maravillas de sus chipirones y sus huevos rellenos.
Su padre, Santiago, de 75 años, donostiarra, residente en Salamanca y cuya vida profesional ha estado relacionada con el sector del butano, es el más conocido para el público. Durante las pasadas Navidades, participó en la edición sénior de un talent de cocina. "Cuando cumplí los 65, le dije a mi mujer: 'Te jubilo de la cocina y me hago cargo yo", reconocía entonces.
El matrimonio tuvo a José María, Iñigo, Ion y Santi, "cuatro bigardos", que crecieron con el baloncesto como denominador común. El mayor de la familia fue el pionero, y el resto de hermanos siguieron sus pasos con éxito, aunque Ion ironiza apuntando ser "el mejor de los cuatro". Lo cierto es que el periodista llegó a jugar en la liga EBA y con la selección provincial de Gipuzkoa, aunque finalmente decidió colgar sus botas.
Cuando se mudaron a Salamanca, las edades de los hermanos oscilaban entre los 16 y los veintipocos (19 tenía Ion). Una época en la que tuvieron que dejar detrás amigos, pandillas y novias. El hecho de ser cuatro, un grupo que Ion apoda cariñosamente 'los Dalton' (en referencia a los personajes del mítico cómic Lucky Luke), fue, según el periodista, lo que les salvó.
Para sus hermanos ha tenido en más de una ocasión palabras de cariño en su Instagram. Hace un par de años, con una imagen de los cuatro de pequeños, destacaba lo mucho que se quieren, reconociendo que son esenciales en su vida: "Me auparon, me mostraron el camino, me corrigieron y enderezaron". Además, Ion ha contado que junto a su hermano pequeño, Santi, dio sus primeros pasos frente a las cámaras: cuando eran chavales hacían grabaciones caseras.
Los más de 25 mil seguidores del presentador en Instagram están especialmente familiarizados con otros dos pilares fundamentales de su vida, como su mujer y sus hijos, de quienes presume habitualmente en las redes. La periodista María Amores, con quien se casó en mayo de 2011, es más que su compañera de vida: "lo es todo". De ella ha dicho que es generosa, buena y maravillosa, entre otros halagos en muchas publicaciones. Y que le dio "lo más bonito" que tiene, sus dos hijos.
Salmantina, como Ion estudió Periodismo en la Universidad Pontificia. Fue allí donde ambos coincidieron, una formación que ha permitido a Amores trabajar como redactora en diversas productoras audiovisuales, especialmente en departamentos de casting. Ligada desde hace muchos años a la televisión, María, "la mejor persona que conozco" en palabras del presentador, colaboró con él en el pasado confinamiento, cuando al vasco le tocó presentar un programa desde casa.
Y si hay alguien con quien a Ion se le cae la baba, esos son sus dos hijos, Ion y Lucas. En 2013 llegó el mayor y en 2017 el pequeño, y desde entonces se han convertido en la debilidad de Aramendi. María y él siempre tuvieron claro que querían ser padres, y educan a ambos de una forma coherente, realista y relajada, según explicaba Ion en una entrevista para Vanitatis. Ver cómo crecen juntos es algo que le hace inmensamente feliz.