Neo, el segundo hijo de Natalia Sánchez y Marc Clotet, soplará las velas de su segundo cumpleaños el próximo mes de mayo. El niño llegaba a la familia un año después del nacimiento de Lia, que en enero cumplirá tres. Los actores, muy activos en sus redes sociales, suelen compartir lo felices que están desde que la paternidad revolucionara sus vidas. Pero tampoco ocultan su cara B, haciéndonos partícipes de sus experiencias e inseguridades a golpe de post. Si en agosto la actriz narraba sus miedos ante el destete de su primogénita, ahora ha narrado cómo ha sido su primera noche sin dar el pecho al pequeño de la casa.
“¡Primera noche de “destete nocturno” superada! (Bueno, “superada”, por decir algo)”, exclamaba Natalia, que reconocía que llevaba meses con esta idea rondándole por la cabeza. “Siempre había dormido genial pero desde hace tres meses se despierta cada 20-30 minutos pidiendo teta ¡a gritos! Lo cual no tiene mucho sentido porque duerme pegado a mí y enganchado a la teta TODA la noche”, contextualizaba la situación para que sus seguidores entendieran la razón por la que había dado tal paso. “Es normal que los peques se despierten varias veces durante la noche, pues tienen sueño inmaduro o, dependiendo de la edad, porque necesitan comer, entre otras cosas. El problema es que Neo se ha acostumbrado a necesitar la teta para volverse a dormir en sus despertares nocturnos y yo ya no soy ‘persona’ durante el día. ¡Es una tortura!”, lamentaba.
Acto seguido, la inolvidable Teté en ‘Los Serrano’ explicaba el proceso que ha decidido seguir para que Neo gestione y viva este trance con total naturalidad. “Hicimos lo que hice con Lia cuando la desteté: antes de acostarle, le dije que la teta se iba a dormir, le expliqué cómo íbamos a pasar la noche, que le daría agua cuando quisiera, que mami iba a estar toda la noche con él, etc”, comentaba Sánchez que es muy importante explicarles todo porque, aunque parezca que no, absorben toda información. “Nos despedimos de TODO lo que había en la casa, TODO: la luna, los peluches, Lia, papá, los pañales, las toallitas, la teta (claro) y ¡directos a la cama!”, continuaba con su relato.
Para sorpresa de Natalia, dormirle fue “supersencillo”. El problema, sin embargo, llegó cuando el pequeño se despertaba buscando consuelo y tenía que conformarse con “caricias, besos y canciones varias” de su madre, algo que no era de su conformidad. “A él no le valían, claro, porque lo que pedía era ‘teta, el pobrecito mío. El caso es que, como dormimos los 4 en la misma cama, no hemos pegado ojo ninguno”, admitía la madrileña, que confía que su adaptación sea cuestión de días, sobre todo teniendo en cuenta que en unos días tendrán que viajar a Argentina para vivir dos meses: “O con seguimos el destete nocturno antes, o estamos perdidos”.