Hace tan solo una semana, Natalia Sánchez no reprimía su alegría por la vuelta al cole de sus dos hijos. Tras varios meses juntos, por fin encontraba el momento para centrarse en ella misma y empezar algunos proyectos: “Solo de pensar que voy a tener un par de horas para poder trabajar tranquila, me pongo hasta nerviosa”, escribía entusiasmada la actriz, que respiraba tranquila al saber que los pequeños estarían en las mejores manos. Sin embargo, esa soledad llegará un poco más tarde de lo previsto, ya que Lia y Neo, de 2 y 1 año, han enfermado en sus primeros días de colegio y deben estar en casa hasta que se recuperen.
“Primera fiebre del curso… ¡Y por parda doble, justo cuando estoy sola! Resulta que no han podido esperar ni una semana para ponerse malitos”, se lamentaba Natalia, que tiene que hacerse cargo ella sola al estar Marc de viaje por trabajo durante los próximos días. “Estos dos pequeños (y la mitad de su clase, claro) se han puesto malitos nada más empezar. Eso sí, fiebre alta 2 noches y después como si nada”, tranquilizaba a sus lectores, aclarando que la mayor “ya está como una rosa” y ahora es el pequeño el que tiene la temperatura del cuerpo más elevada de lo normal por el virus boca-mano-pie.
“En fin, desde el fin de semana estamos navegando entre el ibuprofeno, el paracetamol, el termómetro, la teta y muuuchos mimos, pero ya queda menos”, se mostraba optimista Natalia, que pedía ayuda a sus lectores con esta enfermedad, ya que no podía creer que la única solución fuese esperar: “Se aceptan todo tipo de consejos. ¿De verdad no se puede hacer nada? Decidme, por favor”, solicitaba a sus más de 400 mil seguidores cualquier remedio para ver a sus chicos recuperados cuanto antes.
La denominada “boca-mano-pie” es una enfermedad infecciosa, generalmente benigna, que afecta fundamentalmente a niños menores de 5 años de edad, pero que pueden padecer personas de todas las edades. Es un virus común que los pediatras, centros para el cuidado infantil y escuelas prescolares presencian especialmente durante el verano y al comienzo del otoño. Entre los síntomas de esta dolencia están la fiebre, llagas en la boca y sarpullidos que comúnmente aparecen en las manos, la boca y los pies. No existe un tratamiento específico para esta enfermedad, pero suele ser un proceso leve que no deja secuelas.