La vida de Pau Donés se apagó hace justo un año a causa de un cáncer. Una enfermedad que le dio el tiempo suficiente para disfrutar de la que siempre fue su "gran amor", su hija Sara. Esta joven de 16 años fue su ‘jarabe’ contra esos palos con los que le tocó batallar desde aquel fatídico verano de 2015. Repasamos los grandes hitos de esta relación paternofilial que convirtió al artista en ese hombre “pegajoso” y “cariñoso” al que seguimos echando de menos.
En 2004, Pau era una estrella del rock. Giras internacionales, firmas, entrevistas, promociones de discos… La prioridad del vocalista de Jarabe de Palo era vivir la música a tope. Hasta que llegó ella. El nacimiento de su hija Sara se produjo en un momento en el que el artista no tenía muy claro qué rumbo tomar.
"Cuando ella nace yo me fui de casa, me fui de gira ocho o nueve meses seguidos”, contó en alguna ocasión. Una huida de su nueva realidad de la que siempre se arrepintió. “Intenté dar mucha calidad al tiempo que le he dispensado, pero ha sido muy poco”, asumió al recordar aquel momento en el que, con 30 años, se topó de bruces con la paternidad.
Pero Donés no tardó mucho en darse cuenta de lo que estaba dejando pasar por culpa de los escenarios. “Me volví cariñoso, amoroso, incluso pegajoso. Gracias a ella soy más fuerte, más persona, más feliz”, reconoció orgulloso el artista en una de sus últimas entrevistas. La huella que había dejado Sara en él era tal que hasta se tatuó su nombre en los nudillos, convirtiendo sus puños en un icono.
Si su vida ya se puso patas arriba cuando se convirtió en padre, sus prioridades volvieron a cambiar en agosto de 2015, cuando le diagnosticaron un cáncer. La enfermedad le enseñó que nunca hay que dar nada por sentado. “Estamos tan acostumbrados a que nos lata el corazón que no le damos mucha importancia, pero cuando la cosa no está clara, entonces aprendes a valorar lo que significa”, aprendió. De ahí que decidiese dejarlo todo para recuperar el tiempo perdido con su hija, a la que siempre consideró "el gran amor" de su vida.
Tras decir ‘hasta luego’ a su faceta como vocalista de Jarabe de Palo, Pau Donés puso rumbo a California para empezar de cero y redescubrir su rol familiar. Los días pasaban y el cantante pasaba las horas viendo cómo una preadolescente Sara aprendía a surfear, tocaba la guitarra sin asistir a clases y se dejaba llegar improvisando coreografías en el salón de su nuevo hogar.
"Estoy encantado de poder empezar a vivir con ella", confesaba ese mismo año al explicar el motivo del parón de su carrera. Muchos daban por hecho que su retiro lo había provocado el cáncer, pero Pau siempre insistió en que siempre fue Sara la ‘culpable’ de esta decisión. La enfermedad nunca fue un tema tabú para ellos, que nunca se negaron a usar la palabra ‘cáncer’ con naturalidad. “No hablamos directamente de la muerte, pero sí de lo mucho que la quiero y de que voy a pelear para no dejarla sola”, afirmaba en su blog. En sus últimos años siempre tuvo claro que “la vida es un chollo” que quería disfrutar a su lado.
Tras este parón en tierras americanas, el cantante catalán decidía volver a regalarnos su música apenas dos semanas antes de su adiós. La banda estrenaba el nuevo videoclip de su canción, 'Eso es lo que tú me das', el primer single del que iba a ser su nuevo disco, 'Traga o escupes'. Una canción que posteriormente sobrepasaría la categoría de hit en la que le hacía un homenaje a Sara y le daba las gracias por ser su compañera contra la enfermedad.
"Por todo lo que me das, te estaré siempre agradecido. Así que gracias por estar, por tu amistad y compañía. Por todo lo que recibí, estar aquí vale la pena. Gracias a ti seguí remando contra la marea (...) Eres lo mejor que me ha dado la vida", cantaba Pau Donés en un videoclip que fue visto por muchos como un ejemplo de ese “carpe diem power” que abanderó.
En este vídeo, el artista nos coló una gran sorpresa: la aparición de su mayor tesoro, su hija Sara. La joven, con un antifaz negro ocultando parte de su rostro, bailaba sonriente al ritmo de la música en una terraza de Barcelona. El catalán se muestra celebrando la vida y brindando por el “regalazo” que supone estar aquí. Gracias por tantas lecciones, Pau. Gracias por eso que solo tú nos das.