Apenas tenía 15 años cuando salió de su Lleida natal para instalarse en Madrid con una meta clara: ser campeón olímpico en la categoría de piragüismo. Lo consiguió en Pekín 2008 y Río de Janeiro 2016. Entre medias también se aupó como triple campeón del mundo en la especialidad de kayak. Pero más allá de sus méritos deportivos, Saúl Craviotto tenía otro sueño por cumplir.
Tras ganar la medalla de plata en Londres 2012, este cocinillas que también ha ejercido de policía nacional le pidió matrimonio a Celia García Álvarez, una arquitecta de interiores y diseñadora asturiana con la que hace siete años optó por formar una familia.
Ambos se estrenaron en esto de la maternidad con Valentina, a la que tres años después se sumó Alejandra. Dos niñas con las que Craviotto parecía haber cubierto esas ansias personales de las que siempre hablaba en las entrevistas donde nos permitía conocer un poco más a este crack del deporte español.
Sin embargo, parece que querían más, y a sus 37 años Saúl ha anunciado en su Instagram que en unos meses se volverá a convertir en padre, esta vez de otra niña a la que pondrán por nombre Olivia.
Con un post conjunto con su chica, que también lo peta en Instagram como técnico en nutrición y dietética con su cuenta The Fit Bowl, donde comparte recetas healthy, el matrimonio nos ha mostrado cómo se enteraron tanto ellos como sus dos hijas mayores de que venía una niña en camino a través de la clásica ceremonia del gender reveal que consiste en pinchar un globo y descubrirlo a través del color del confeti que se aloja en su interior (azul para niños y rosa para niñas, como ha sido el caso).