La vida de Violeta Mangriñán ha cambiado varias veces, la primera de ellas cuando apareció en ‘Mujeres y Hombres y Viceversa’ y salió de la mano de Julen. La siguiente cuando decidió entrar en ‘Supervivientes’ y su camino se cruzó con el de Fabio Colloricchio. Otra ha sido sin duda el nacimiento de la primera hija de la pareja.
Gala llegó para revolucionar la vida de la influencer, para enseñarle a amar incondicionalmente y para demostrarle que sí que era posible querer más de lo que había querido hasta el momento, pero también para dejarle claro que había veces que los milagros existen, pues gracias a Gala, Violeta consiguió que sus padres acercaran posturas.
Violeta nunca ha ocultado que su infancia no fue sencilla. En su casa las tensiones eran evidentes y la mala relación entre sus padres terminó en un divorcio que ella recuerda como traumático. Su hermana, Lila, se quedó a vivir con su madre, pero Violeta optó por quedarse con su padre.
Según contó la propia Violeta, durante el periodo de tiempo que convivieron su padre se ausentaba durante largos periodos de tiempo y ella tenía que encargarse de la casa. “Hacía todo yo. Mi padre no fue un padre ejemplar”. Por motivos que no ha querido contar nunca, acabó denunciando a su padre, y pasaron dos años sin hablarse.
“No me avergüenzo porque eso me ha hecho ser una mujer independiente y trabajadora. Me han pasado cosas muy chungas, he tenido problemas gordos a todas las edades, pero no quiero entrar en detalles”. Fiel a su palabra, nunca ha llegado a explicar lo sucedido y con el tiempo tomó la decisión de perdonar a su padre.
“A mi padre lo adoro. Es un tío genial, aunque no haya hecho las cosas bien. No le ha gustado que hable de él y me ha dicho que espera que algún día me arrepienta de lo que he hecho. Lo único que quiero es que no se enfade conmigo y que esté todo bien”.
Incluso antes de que Gala llegara al mundo ya estaba consiguiendo imposibles, como que Violeta consiguiera reunir a sus padres, Luis y Elvira, en el mismo lugar, y el encuentro resultara cordial. “20 años después, una foto de los 4 juntos”, escribía junto a la instantánea que recogía el momento del encuentro en Valencia. Encuentros que repitieron en alguna ocasión tras el nacimiento de la pequeña, pero que no siempre fueron tan alentadores como esta primera vez.
Violeta mantiene una relación complicada con su padre, que no dudó en ‘defenderla’ durante su paso por la isla, aunque prefería no saber demasiado sobre lo que estaba pasando porque le hacía sufrir. “Violeta es como es y ya está. Si pudiera verla le diría que la quiero muchísimo y que vuelva sana y salva. Es un terremoto con un temperamento tremendo, pero responsable y trabajadora”, decía para ‘Viva la vida’.
Hacia su madre suele tener buenas palabras y no duda en recordar momentos juntas en sus redes sociales, donde la ha definido como la mejor persona y madre que existe en el mundo, “Te amo y te admiro infinito”.