Tras casi dos años de relación, Garbiñe Muguruza y Arthur Borges daban el paso y anunciaban su compromiso. Una boda deseada por ambos y para la que parecen tener claros los detalles más relevantes.
Así lo anunciaron en la revista Hola, que fue la encargada de anunciar el pasado mes de mayo que la pareja planeaba dar tan importante paso. Una boda que esperan celebrar en 2024, cerca de la playa y en España, “porque es el lugar que más nos une”, explicaba la tenista.
En agosto se cumplieron dos años del inicio de su relación, un romance casi de película que comenzó como si de una comedia romántica se tratara. Ella se encontraba en Nueva York participando en el Abierto de Estados Unidos y, para despejarse, decidió que lo mejor era salir a dar un paseo por Central Park.
El exmodelo también se encontraba allí en ese momento y al cruzarse con ella la reconoció, deseándole suerte en las pistas para su competición. Entre ellos hubo una gran química, comenzaron a compartir paseos casi a diario y, el resto, como se suele decir, es historia.
El romanticismo parece acompañar a la pareja, no solo en su inesperado encuentro con el que comenzó todo, también porque ellos se han encargado de que así sea en otros momentos destacados para ellos, como durante la pedida de mano, con la que Arthur quiso sorprender a su pareja.
“Me lo pidió en el hotel Marbella Club, que es uno de mis favoritos”, explicó Garbiñe a la citada revista. “Me preparó una mesita debajo de un árbol y dije: ‘¿Qué es esto?’. Como que me parecía raro, pero pensaba en cualquier otra cosa y, cuando me lo propuso, me puse a llorar, no sabía cómo reaccionar. Le dije que sí entre lágrimas de emoción y todo fue muy romántico”.
Una pedida en la que no faltó el tradicional anillo de compromiso y tampoco que el novio se arrodillara para hacer la pregunta.
Aunque ambos vienen de mundos muy diferentes, ella del tenis y él del mundo de la moda y el lujo, parece que se entienden a las mil maravillas, por lo menos así lo confesaba la deportista al hablar sobre su pareja, quien, al contrario que ella, no es demasiado conocido. “Nació en las islas Canarias y después se fue a Finlandia. Es mitad español y mitad finlandés. Y trabajaba en Nueva York para Tom Ford, era director de una división de moda. Es una mezcla como yo, que soy mitad venezolana y mitad española, nos entendemos. Es como la sensación de que somos ciudadanos del mundo, así que en ese sentido está muy bien”.
Una relación a distancia no parecía ser la mejor opción, pero no fue un obstáculo, porque Arthur no dudó en dejar Nueva York y mudarse a Ginebra, donde estaba afincada su pareja. “Él fue muy valiente, dejó todo lo que tenía en Nueva York y se vino conmigo a viajar y a apoyarme en mi carrera”.
Este sería el segundo matrimonio para Borges, que estudió Administración de Empresas en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Metropolia, en Helsinki, y habla español, finés, inglés e italiano. Se casó en Italia en 2018 con la patinadora finlandesa Kiira Korpi, con quien estuvo 11 años.