Pablo Iglesias ya ha abierto su bar en Lavapiés. La taberna Garibaldi ha sido inaugurada y su primer día de apertura al público ha sido todo un éxito. Muchos curiosos han acudido hasta el local para disfrutar en 'un bar de rojos' de una buena cerveza. Sin embargo, se han quedado con las ganas de ver al expresidente del Gobierno, que no hizo acto de presencia. Sí lo hizo el lunes en la inauguración privada para sus más allegados. Allí se dejaron ver muchas personas afines al fundador de Podemos, entre las que se encontraba su pareja. Irene Montero que quiso apoyar a Iglesias en esta nueva aventura profesional.
En un ambiente distendido, la exministra de Igualdad atendió a la prensa y se mostró muy orgullosa de Pablo Iglesias. "Tengo un empresario en casa", decía entre risas mientras comentaba que La taberna Garibaldi es un lugar que hacía mucha falta que existiera. "Es un espacio de encuentro más que necesario", comentó Montero durante la noche.
Y tras el evento privado, ha llegado el gran día. La taberna Garibaldi ha abierto sus puertas para sus clientes. "Estoy un poco nervioso porque los estrenos siempre son difíciles", reconocía horas antes Iglesias en un vídeo que hizo público a través de las redes sociales en las que se le veía limpiando algunos cubiertos y ultimando algunos detalles para la apertura. Una apertura para la que han tenido que limpiar de la fachada las pintadas que se habían realizado y que ahora están cubiertas por pintura blanca.
Lo que no han eliminar ha sido el antiguo cartel de 'Salón de peluquería' con el que dan la bienvenida a los clientes. Y es que el local en el que su ubica la taberna era antaño un salón de belleza. Y no solo eso. Según han revelado algunos de los clientes que han acudido a la inauguración, también allí hubo una librería y otro bar, aunque muy diferente al de Pablo Iglesias y sus socios, el poeta Sebastián Fiorilli y el cantautor Carlos Ávila.
La inauguración de la taberna Garibaldi ha generado mucha expectación y desde que ha levantado el cierre decenas de personas se han congregado para poder conocer el bar del que fuera vicepresidente del Gobierno. No ha acudido a la inauguración, pero sí que ha estado muy presente en este día. En cada rincón del local se han podido escuchar conversaciones de política.
A medida que pasaban los minutos, la parte delantera del local, en la que se encuentra la barra y apenas cinco mesas, se ha llenado de gente por lo que una de las camareras ha invitado a los clientes a acceder a la parte de atrás, donde hay algo más de espacio. Allí han podido disfrutar de sus bebidas, pero no han podido degustar los platos de la carta ya que la cocina permanecerá cerrada hasta el jueves. De hecho han tenido que cancelar todas las reservas puesto que han tenido problemas con algunos proveedores y no tienen muchos de sus productos. No obstante, sí que se han servido algunos aperitivos como nachos, queso, pinchos de tortilla o frutos secos.
En cuanto a la decoración, tiene un marcado carácter político. Carteles llamando a la revolución del pueblo, una gran bandera de Palestina en la barra en señal de apoyo o un gorro militar con la hoz y el martillo adornan algunos de los rincones del local. Sin embargo, dos carteles de dos iconos comunistas femeninos han llamado especialmente la atención de los clientes. El primero de la mítica Pepa Flores. La que fuera niña prodigio de España en los años 60 tiene su rincón en Garibaldi gracias a un cartel en el que se puede leer 'Por el comunismo es por lo único que vale la pena luchar y morir'.
Otra de las mujeres que ha tiene su espacio en la taberna es la italiana Raffaella Carrá. "Siempre voto comunista" se puede leer en el cartel de la inolvidable cantante y presentadora de televisión que falleció en 2021.