La propia reina Camila quedó encantada con el retrato de la princesa Charlotte que vio durante una visita a Kindred Studios, una galería de arte londinense que busca construir comunidades con el arte en el corazón. La obra de arte era obra de una artista española, pero no de cualquiera, la autora es Mercedes Carbonell, hermana de Pablo Carbonell y prima de Aitana Sánchez-Gijón.
Hasta hace poco tiempo, el más conocido de la familia Carbonell era Pablo, sin embargo, en los últimos años, las mujeres de su entorno están haciendo méritos para aumentar su reconocimiento. Primero fue su hija Mafalda, que ha conseguido no solo tener una oportunidad como actriz, sino también recoger premios por su trabajo.
Ahora es su hermana Mercedes la que se ha convertido en protagonista y lo ha hecho gracias a la visita de la Reina a la galería en la que ella exponía su retrato de la princesa Charlotte, inspirado en la fotografía que Kate Middleton le hizo en 2017, que se ha convertido en una de las imágenes más reconocibles de la pequeña princesa y que recoge un momento de su infancia que para la artista fue inspirador.
“Cuando vi la foto de Charlotte no vi solo a la niña, sino que me recordó a Isabel II. En esa foto son iguales”, explicó durante una entrevista para Hola. “En el retrato de la nieta quise sacar a la Reina. Lo pinté durante la pandemia, en el 2020”.
No es la primera vez que la familia real se convierte en inspiración para Carbonell, pero la vez anterior que dejó ver un poco de su obra, la actualidad estaba en su contra, porque la protagonista del retrato era Meghan Markle.
Nacida en Cádiz, la artista hace tiempo que vive a caballo entre Barbate y Londres. Es en esta ciudad donde con 50 años decidió empezar de cero, después de haber vivido en ella en su juventud, en Reino Unido nació su hijo, pero de ella se marchó a los 23 tras su separación.
Cuando regresó pasado el tiempo, comenzó a ganarse la vida cuidando ancianos, “luego empecé a limpiar y se me destrozaron las muñecas y pensé que tenía que empezar a hacer dibujos por los bares y por los clubs para ganar dinero y a lo tonto me abrí camino”, recordaba en la misma entrevista.
Pintar siempre ha sido lo suyo y comenzó cuando tenía 16 años. Estudió la Licenciatura en Bellas Artes en Sevilla y exhibió sus obras en la Grand Palais de París. Dejó de pintar durante siete años tras una experiencia muy dura en Ecuador, pero con el tiempo retomó la que es su pasión y también su forma de vida.
Con su familia mantiene una bonita relación, a pesar de que no siempre resulta sencillo verse, porque casi todos se dedican al mundo del arte. No es raro que presuma de los logros de su sobrina Mafalda en sus redes sociales, y siempre que puede se escapa para ver a su prima sobre las tablas. También mantiene una estupenda relación con sus hermanos, Pablo y Elena, “que vive en Ámsterdam y hace comedia, es buenísima”.