Miguel Ángel Muñoz contaba hace unas semanas que había regresado de un retiro espitirual "necesario" que realizó para dejar atrás "el año más complicado" de su vida. A la muerte de su tata, la persona que le ha cuidado desde pequeño, se sumó también la complicada situación de su madre (de la que él nunca ha querido ofrecer detalles). Por todo ello, el actor decidió viajar a la otra punta del mundo e intentar disfrutar de unas navidades "distintas".
Tal y como puedes ver en el vídeo que encabeza esta noticia, el actor no ha contado en una charla exclusiva que se fue a primeros de año a Australia. Aunque es habitual que viaje solo, nos cuenta que irse "tan lejos y más de un mes" es algo "extraordinario". "Necesitaba ese tiempo para mí, venían unas fechas difíciles después de no poder estar con mi tata. Me fui a la otra punta del mundo a intentar pasarlas de una manera diferente", nos cuenta.
Miguel Ángel Muñoz está "muy agradecido" porque le trataron muy bien y, aunque fue sin avisar a nadie, allí se encontró con amigos y estuvo muy feliz. A través de las redes sociales pudimos ver que uno de esos encuentros fue con Elsa Pataky, la que fue su compañera de reparto en la pequeña pantalla durante muchos años. Ella misma compartió un vídeo en el que una serpiente trepaba por el cuello del actor y, tal y como contó en una de sus visitas a España, es "la mascota" de su hijo y le resultó una experiencia muy graciosa la "cara de miedo" que puso su amigo.
El encuentro con el actor ha sido en la alfombra roja de la fiesta 30º aniversario de la revista GQ, donde nos ha contado que está "feliz, con las pilas cargadas y con ganas de hacer cosas" tras volver de un viaje de Asia en el que también ha vivido "una experiencia maravillosa".
Hace justo un año que el actor perdió a Luisa Cantero, su tata, que falleció a los 98 años. Tal y como él mismo ha contado en varias ocasiones - especialmente en el documental que grabaron juntos - la hermana de su bisabuela fue la persona que le cuidó desde que fue pequeño, cuando sus padres por trabajo no podía estar pendientes de él. En los últimos años de la vida de su tata, Miguel se encargó de disfrutar con ella de todo lo que no había podido y su muerte supuso un gran palo para él.