Laura Escanes es una de las afortunadas que ya está disfrutando de sus vacaciones. La creadora de contenidos ha cerrado y bloqueado su agenda profesional para viajar hasta su happy place: Menorca. Desde que la conocemos por su faceta de creadora de contenido en las redes sociales, Sa Roqueta se ha convertido en su refugio y en su lugar de desconexión. Este año ha vuelto a repetir destino, pero con un plan muy diferente al del año pasado.
Ha sido en la isla en donde ha recibido la visita de su grupo de amigos y de su familia, a los que les ha enseñado los lugares más recónditos de Menorca: desde sus calas hasta sus restaurantes favoritos. Sin embargo, el año pasado en estas mismas fechas, la de Cataluña estaba acompañada por su entonces novio, Álvaro de Luna, con el que ponía fin meses después y al que, en una de sus últimas publicaciones, habría podido recordar con una metáfora. ¡Te lo contamos!
Si por algo se caracteriza Laura es por su sentido del humor a la hora de responder sobre ciertos aspectos de su vida privada. Tras su su mediática y sonada ruptura con el intérprete de Todo Contigo, -la canción que le dedicó y cantó en un festival- la influencer optaba por el silencio y no pronunciarse sobre su entonces expareja. No obstante, sí que meses después lanzaba unos mensajes que podrían haber apuntado al de sevilla directamente, tras decir que "no era la Shakira de la relación". Casi doce meses han pasado desde entonces y ahora la catalana ha vuelto a su isla favorita con una vida muy diferente.
Precisamente, a través de sus redes sociales y junto a un carrete de imágenes posando en una cala de Menorca, la influencer ha hecho una enigmánitca reflexión sobre uno de sus mayores aprendizajes durante este último año. "En esta cala, hace un año, por querer hacerme la sirenita, pisé un erizo...", ha dicho en referencia al pasado verano en el que, por estas mismas fechas, estuvo acompañada por Álvaro de Luna.
Sin embargo, fiel a su estilo, la joven ha reflexionado sobre ello y sobre cómo todo lo que ha vivido -bueno y malo- al final es un aprendizaje. "Pero este año he aprendido y no me muevo sin unos escarpines. Ojalá aprendiéramos tan rápido cuando se trata del amor, ¿verdad?", ha concluido.