Hay celebrities que aprovechan su presencia pública y el altavoz que esta les otorga para poner el foco sobre temas de importancia, dando visibilidad a cuestiones y reivindicaciones que consideran necesarias. Es el caso de Fabiola Martínez, que quiso hace años, junto a Bertín Osborne y con la fundación que presiden, servir de ayuda a familias que pudiesen pasar por situaciones parecidas a la del mayor de sus dos hijos en común, Kike, que padece una parálisis cerebral desde que nació. La venezolana ha hablado también abiertamente de otras cuestiones, como la salud mental, sincerándose sobre los distintos motivos por los que ha ido a terapia. Ahora, Martínez ha contado que entre ellos está el de cerrar heridas de su infancia.
Fabiola lleva siendo una cara conocida desde hace más de dos décadas, cuando comenzó su relación sentimental con el cantante andaluz, con el que se acabaría casando años después y con el que se ha convertido en madre en dos ocasiones: a principios de 2007 nació su primogénito, y a final de 2008 llegaría el benjamín, Carlos. Desde su separación, ambos viven con su madre, quien tiene la custodia de los menores, y a quienes está muy unida. Más allá de su papel maternal, Fabiola sigue trabajando en la mencionada fundación, entre otros proyectos. Su vida personal y profesional la ha mantenido en la primera línea.
Pero hay detalles de la vida de Martínez que, pese a su proyección pública y mediática, se desconocen. Así ocurre con los años antes de que empezase a salir con Bertín, durante los que no era todavía un rostro conocido para el público. Su infancia y juventud en Venezuela, sus inicios en el mundo de la moda, su llegada a España y su primer matrimonio con un fotógrafo español que le ofreció venir a nuestro país. La familia de la de Maracaibo, que incluye a sus padres Julio y Francis y a su hermano, siempre se ha mantenido en un segundo plano.
A esas etapas menos conocidas se refería la colaboradora hace unas semanas, durante una charla con la periodista venezolana Goizeder Azúa, disponible en su canal de YouTube. Con ella exploraba distintas cuestiones, como las vivencias como madre, el impacto de la fama en su vida o cómo le han afectado a ella y sus hijos las últimas novedades personales de su marido. En la mencionada charla, Martínez reconocía, además, encontrarse en un proceso de "sanación de heridas de la infancia".
Fabiola señalaba que está apoyándose a profesionales que le ayudan en este proceso, mostrándose segura de que le servirá para poder ayudar a otras personas, en un paralelismo a lo que le sucedió con Kike, cuando también contó con ayuda psicológica. "Muchas veces no somos conscientes de que esas heridas, especialmente si son de la infancia, te condicionan tu personalidad o tu forma de responder ante los problemas, en negativo o en positivo", explicaba a Azúa.
Con su psicóloga ha hecho un ejercicio de revisitar la niña que fue para reconectar con su yo de la infancia, al darse cuenta de lo "despegada" que está "Y fíjate que me considero una madre de estos tiempos, de escuchar, compartir, no ser la madre que yo tuve, estricta, de 'porque sí, porque lo digo yo', y sin embargo no soy capaz, ni siquiera como madre, de conectar con esa niña", relataba.