Los Juegos Olímpicos son, entre otras muchas cosas, una oportunidad para dar proyección a deportes que, por normal general, tienen una menor atención mediática. Es una forma de descubrir impresionantes disciplinas minoritarias y a extraordinarias figuras de las mismas, generando afición y dando a los deportistas un merecido reconocimiento. Uno de los descubrimientos de la pasada edición, en Tokio, fue el escalador Alberto Ginés, que se convirtió en campeón olímpico hace tres años con una medalla histórica para la delegación española y ha vuelto a competir ahora en París, logrando su reto de alcanzar una segunda final olímpica, en la que ha terminado séptimo. Así este cacereño de veintiún años.
Fue en Japón, hace tres años (la cita deportiva tenía que haberse producido en 2020, pero fue aplazada doce meses debido a la pandemia por la covid-19) cuando la escalada, esos ascensos sobre vertiginosas paredes verticales con la única ayuda de la fuerza física propia, debutó como deporte olímpico. Fue también cuando Ginés, nacido en octubre de 2002 y con apenas dieciocho años, se estrenó en esta competición, alzándose con la primera plaza de la prueba combinada (sumando bloques, velocidad y dificultad), siendo así el primer campeón olímpico de la historia en esta modalidad.
No fue esta la única gesta del deportista extremeño, que comenzó a escalar siendo apenas un niño de tres años, cuando su padre le llevó a su primer rocódromo. Empezó a competir de forma internacional siendo un adolescente de catorce años, participando en torneos mundiales y continentales, desde 2018 en las categorías absolutas tras su paso por las juveniles. Antes de su estreno olímpico, había logrado ya una medalla de plata y dos de bronce en campeonatos europeos.
Fue hace seis años también cuando decidió mudarse, junto a su madre, de su Cáceres natal a Cataluña e instalarse en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat del Vallés, tras años teniendo que hacer muchos kilómetros en desplazamientos para poder practicar escalada. En el último ciclo olímpico tomó la decisión de abandonar el CAR y mudarse a un piso. Ha sido habitual su reivindicación de más inversión en deporte y la necesidad de rocódromos no abiertos al público en los que poder entrenar en condiciones, como ocurre en la mayoría de deportes.
La familia de Alberto ha sido un pilar absoluto en su vida y en su carrera. Su hermana Miryam y él se subían "por todas partes" así que sus padres, trabajador de la construcción y ATS, decidieron invertir los fines de semana en viajar para que los niños escalasen en condiciones, aunque su hermana acabó centrándose en sus estudios.
Con su abuela ha mantenido también una conexión muy especial: se prometieron tatuarse los aros olímpicos antes de Tokio y, cuando ganó el oro, ella le recordó a él que tenían que cumplir con el compromiso. Y lo hicieron. A todos ellos se suma, también, otra figura que le lleva acompañando desde hace más de una década, su entrenador, David Maciá.
El escalador saltó a la fama para el gran público en los mencionados Juegos de hace tres años, y la repercusión de su victoria le cambió mucho la vida en poco tiempo. En alguna entrevista, el joven reconocía que le costaba adaptarse a esta nueva realidad. "Me llaman de muchos sitios y preferiría estar más tranquilo", reconocía a XL Semanal, admitiendo que no le vuelve loco el dinero.
Una particular revolución fue la que generó en redes sociales, donde su cuenta en X (antes Twitter) fue rápidamente descubierta, haciéndose virales a menudo sus publicaciones, gracias a su naturalidad, su sentido del humor y sus interacciones con sus seguidores. En los últimos tiempos se ha centrado más en plataformas como Instagram o TikTok.
Más allá del deporte, Ginés es un entusiasta de otras muchas aficiones. Entre ellas, la música, muy especialmente el rap. También el anime y el manga, sagas cinematográficas como 'Harry Potter' o 'El señor de los anillos', así como los videojuegos, los puzles y crucigramas, el Atlético de Madrid y la Fórmula 1. Sus perspectivas de futuro pasan por estudiar Fisioterapia.
Tanto los medios de comunicación como sus propios seguidores han intentado averiguar detalles sobre su vida sentimental, aunque el de Cáceres ha preferido no pronunciarse, bromeando, eso sí, con respecto a sus crushes y el desamor en redes, y admitiendo que liga más ahora que antes.