La pasada semana nos enteramos de que Manu Tenorio y su mujer, Silvia Casas, están atravesando un complicado momento personal. El piso que tienen en Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz, está siendo ocupado y la propia Silvia detallaba que son "inquiokupas", personas que entraron en su vivienda con un contrato "y luego dejaron de pagar". La mujer del artista explico que se trata de un matrimonio con niños que, "como saben la ley, te joven vivo", y que ellos debían seguir pagando la hipoteca - "porque si no la pagas un mes a ver dónde vas" - por lo que habían decidido poner la complicada situación en manos de la justicia desde hace un año, algo que estaba siendo un proceso "muy lento".
Silvia comentó también, en unas declaraciones a Jaleos, que se sentían "desprotegidos" y consideraban que la ley debe cambiar "inmediatamente". "Los que somos trabajadores no nos merecemos esto", dijo al medio citado.
El artista reaparecía este miércoles sobre el escenario en el concierto de Ubrique, agradecido y asegurando que era un "verdadero orgulloso" dar ese concierto después de unos días "bastante complicados". "Como sabéis yo siempre, en mi trayectoria musical, procuro tener un perfil medio, no hacer mucho ruido pero parece que en estos últimos días mi nombre ha salido a la palestra más de lo que me hubiera gustado y sobre todo por temas que no tienen nada que ver con la música", le explicó a sus fans. "Ya estamos aquí, tengo un público exclusivo como vosotros, tengo una gente maravillosa como vosotros, os traigo un repertorio gourmet, las canciones no pueden ser más bonitas y espero que las disfrutéis conmigo y lo pasemos todos muy bien. Muchísimas gracias, va por vosotros", decía al arrancar su concierto.
Cuando se bajó del escenario, al encontrarse con los compañeros de Europa Press, Manu Tenorio explicó que, a diferencia de la información que había salido publicada, no tiene "ninguna deuda con Hacienda". "Tengo aplazamientos como cualquier hijo de vecino, pero llevan ahí más de un año", explicaba. Manu también ha dicho que los inquiokupas "no han podido demostrar nada" porque llevan más de un año viviendo ahí "sin contrato". "De la forma más cortés posibles les he pedido que me devuelvan mi hogar. Mi hijo este verano no ha podido conocer Sanlúcar porque estos señores han decidido que no pueda disfrutar de mi propia casa", decía antes de montarse en su coche.