El 2024 ha sido un año de despedidas para Enrique Ponce, quien anunció su intención de retirarse y lo hizo señalando el 9 de octubre como fecha final. Esto le ha dado la oportunidad de disfrutar de cada una de las plazas que ha pisado durante este tiempo como si fuera la última, porque en muchas ocasiones así ha sido.
Cada corrida ha sido una despedida y cada una de ellas ha sido especial para el diestro, quien comienza una nueva vida, o mejor dicho, planea continuar con la vida que hace tiempo comenzó al lado de su actual pareja, Ana Soria. El torero se despide de los ruedos, pero lo hace con la tranquilidad de saber que cuenta con un gran patrimonio que ya no dependerá de su actuación en la plaza.
La presencia de Ana es clave para Enrique, ella le acompaña en la plaza siempre que puede, a pesar de lo mal que lo pasa cada vez que su pareja se enfrenta al toro. Sin embargo, eso no le ha impedido acompañarle en sus últimas faenas, siendo su mejor apoyo en unos momentos que son de vital importancia para el diestro, dejando atrás una parte tan importante de su vida como es su profesión.
Enrique se aleja de las plazas como torero, pero eso no quiere decir que deje por completo de trabajar, porque lo largo de los años se ha ido preparando para este momento; el diestro tiene dos empresas a su nombre y una tercera junto a su pareja. Una de ellas se dedica a la creación e interpretación artística y literaria y hace tiempo que no tiene actividad, tal y como recogen en Lecturas.
Es la otra de sus empresas la que se lleva la palma y es a través de la que más dinero ha facturado, en este caso se trata de una empresa de administración de bienes inmuebles. Se dio de alta en 1997 con el objetivo de realizar compraventa de inmuebles y también la explotación de productos de campo y ganado. Esta empresa se gestiona desde otra mayor, que también controla la explotación de la finca que el diestro tiene en Jaén y que se llama igual que la empresa matriz, Cetrina.
El último de sus proyectos empresariales es el que comparte con su actual pareja, Ana. Esta empresa se dedica, entre otras cosas, a la “promoción, construcción, venta y arrendamiento de edificios, locales y viviendas”, según recoge el Registro Mercantil. En esta empresa ambos aparecen como administradores solidarios, por lo que tienen que ponerse de acuerdo a la hora de tomar las decisiones necesarias.
Esto no parece un problema para la pareja, para quienes la diferencia de edad nunca ha sido un problema. Desde que comenzaron su relación se han mostrado unidos y seguros de que lo suyo era para toda la vida, a pesar de los muchos rumores de crisis y ruptura que les han ido rodeando a lo largo de los años, rumores a los que han preferido hacer oídos sordos y han evitado responder.
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