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Ana Polo Alonso, sobre la duquesa de Alba: “Su lista de pretendientes era larguísima, había de todo"

El pasado 20 de noviembre se cumplieron 10 años de la muerte de la duquesa de Alba. Coincidiendo con esa fecha, llegaba a librerías 'Cayetana. Duquesa de Alba', una biografía no autorizada sobre la noble escrita por Ana Polo Alonso. Una obra que, lejos de la imagen relacionada con los medios de comunicación que muchos tienen de ella, busca poner en valor su figura: la de esa mujer que abrió España al mundo, moderna, culta, internacional, que se rodeaba con la gente más destacada del momento y un largo etcétera de adjetivos más. Hablamos con la politóloga experta en realeza sobre esa dimesión que poca gente recuerda de Cayetana.

Pregunta: Muchos tenemos esa última imagen de Cayetana más relacionada con los medios del corazón. Pero, ¿cómo fue realmente esa que cuentas en el libro?

Respuesta: Lo que quería conseguir con el libro era rescatar a Cayetana del estereotipo de los últimos años. Me refiero a aquella que era vista como un personaje, un poco caricatura de sí misma. Sin embargo, la Cayetana de la que hablo en el libro, la que existió hasta la muerte de su primer marido, es absolutamente formidable, con mucho glamour, interesantísima, una de las más grandes de Europa en aquel momento, de la que EEUU no paraba de hablar, que se rodeaba de la gente más destacada, etc. También fue una persona muy consciente de su apellido Alba, pero a la vez increíblemente moderna que ayudó a abrir a España al mundo. Hizo muchas contribuciones maravillosas de las que poca gente se acuerda.

Dices también que no era especialmente guapa, pero que tenía otras muchas virtudes. ¿Cuáles?

Era una mujer mejor que guapa porque tenía una personalidad descomunal y cosmopolita. Recordemos que había sido educada en Francia, en Inglaterra, en Italia… era una persona muy vivaz y segura de sí misma. Una fortaleza que le debía de hacer irresistible. Y prueba de ello es que cuando se puso de largo y regresó a Londres, triunfó muchísimo. La lista de pretendientes de esta señora era larguísima. Archiduques, condes… había de todo.

¿Cuál de todos ellos te llamó más la atención?

El príncipe Colona era uno de los hombres más ricos de Italia. Él la persiguió hasta el final, no paraba de insistir. Prácticamente hasta que Cayetana se casó. Unos años más tarde, también se enamoró de ella Aga Khan, quien lo intentó hasta el último momento.

Cuentas que era una persona muy culta. ¿De dónde venían esos intereses?

De su padre, que era cultísimo. Era un historiador de primer nivel, muy interesado en el mundo del arte. El Palacio de Liria tiene una colección de arte descomunal. Hay una historia que contó una de las personas del servicio: cada domingo, el duque Jacobo cogía a Cayetana y le iba enseñando los cuadros de cada sala noble para que supiera la historia de la familia y del arte. También la llevaban cada semana al museo del Prado cuando era pequeña. Era una mujer que le gustaba mucho todo esto, tanto que acabó pintando.

También muy moderna y avanzada a su tiempo.

Siempre fue una mujer que hizo lo que quiso. Era una persona muy consciente de que era una Alba, de la importancia de la casa y el legado, pero también una mujer muy moderna que ayudó a abrir los horizontes de sus coetáneas. España era muy gris y ver a la duquesa de Alba posar en bañador podía ayudarlas, aunque ahora parezca mentira.

Esto le hizo codearse también con gente muy importante de su época. Entre ellos, Churchill, la reina Isabel, el diseñador Yves Saint Laurent o Audrey Hepburn.

Ella almorzaba mucho con Churchill, iba a tés de señoritas con la entonces princesa Isabel, se codeó con Grace Kelly, trajo a Jackie Kennedy a Sevilla a una Feria de Abril, la reina Victoria Eugenia la quería como a una hija… Por el libro desfilan también otros rostros como Audrey Heptburn, Sofía Loren, Claudia Cardinale y un largo etcétera.

Todo esto le llevó a hacer cosas de relevancia dentro del país. ¿Puedes poner algún ejemplo?

Aparte de abrir España al exterior, la gran contribución que hizo fue ayudar a que volviera la monarquía. Se dejó la piel, incluso desafiando a Franco, para presionar a favor de los Borbones.

Has nombrado unas cuantas veces Sevilla. ¿Por qué quería siempre regresar allí? ¿Por qué era tan especial para ella?

Cayetana no se podría entender sin Sevilla. Ella lo descubre porque su tía Sol y se enamora instantáneamente. Además, allí tienen el Palacio de Dueñas, que es un cuento de hadas. Ella iba todos los veranos allí de pequeña y fue en esos años cuando descubrió el flamenco, la alegría, el arte.

Cuando su padre era embajador en Londres, tenía unos berrinches tremendos para que la dejaran volver. Insistió en casarse allí, en enterrarse allí –cuando los Alba suelen hacerlo en Loeches–, su primer amor furtivo fue allí... La relación con la ciudad fue intensísima.

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