Los trastornos mentales son una problemática que afecta a una gran cantidad de personas. Durante mucho tiempo ha sido un tema tabú y del que no se hablaba, y mucho menos de forma pública. Aún así, son varios los famosos que han querido hacer público que padecen esquizofrenia, han hablado de sus síntomas, su tratamiento y sobre cómo conviven con esta enfermedad.
Una de ellas ha sido la actriz Meghan Fox. La joven admitió públicamente que padecía la enfermedad. “Desde que era pequeña tengo alusiones auditivas, ilusiones paronoides y disfunción social. Sufro brotes de esquizofrenia”, contó Fox en una entrevista. De esta manera, la actriz quiso dar visibilidad a este problema. Además, Meghan está muy concienciada y se ha informado sobre la esquizofrenia, leyendo uno de los libros sobre Marilyn Monroe, que también sufrió de esta problemática.
Si hablamos de otra famosa con este problema, nos encontramos con Zelda Fitzgerald. La mujer de F. Scott Fitzgerald, creador del best seller El gran Gatsby, sufrió, la mayor parte de su vida, esquizofrenia. Los ataques de paranoia eran constantes en su vida, sobre todo después de conocer las infidelidades de su marido. Fue en 1930, un momento en el que no era muy común ni diagnosticar ni hacerlo público, le dijeron lo que presumiblemente tenía: esquizofrenia.
Además, llegó a estar internada en un sanatorio francés, donde se sometió a varios tratamientos. A partir de ese momento vivió en distintos lugares y su vida se convirtió en momentos de traslados e internamientos en centros de Ginebra y Alabama.
El cantante de Pink Floyd, Syd Barrett, también ha sufrido distintos contratiempos en su vida. Desde un primer momento se especuló que el artista sufría síndrome de Asperger junto con su adición a las drogas, lo que hacía que no siempre se comportara de forma normal. Luego, se informó de que había distintos informes que explicaban que sufría de esquizofrenia. Eso sí, el músico nunca llegó a comunicar, públicamente, lo que realmente sufría. Con el paso del tiempo dejó de tocar y los rumores sobre sus problemas mentales siguieron creciendo.
También, el jugador de fútbol, Andy Goram, acaparó todas las miradas de los tabloides británicos durante un tiempo. Después de pasar por varios clubes llegó a los Glasgow Rangers y fue en ese momento cuando le diagnosticaron un trastorno esquiziofrénico. El deportista tuvo que soportar distintas burlas por parte de los hinchas de los clubes rivales, aunque siempre fue apoyado por su propio equipo.