La Veneno se ha convertido en todo un referente en los últimos años. Cristina Ortiz vivió una vida especialmente complicada en la que luchó contra una infinidad de luces y sombras. Desde bien pequeña tuvo claro que quería ser una mujer, algo que su familia y su círculo muy íntimo no supieron aceptar, en un primer momento. Es por eso que decidió huir de su pueblo, Adra, y se trasladó a Madrid.
Fue en la capital donde Cristina se hizo conocida. Cuando todavía era muy joven comenzó a participar en diversos programas de televisión que hicieron que se convirtiera en toda una estrella. Aunque eso sí, la fama no fue fácil de digerir y tampoco supo cómo lidiar con su vida. Sus relaciones también fueron especialmente complicadas, sobre todo con su última pareja, con quien solía discutir por los problemas económicos que ambos acarreaban.
Fue el 9 de noviembre de 2016 cuando se conoció la muerte de La Veneno, que llevaba tiempo alejada de los focos. La vedette fue encontrada por su novio con un fuerte golpe en la cabeza y estuvo en la UCI debido a un derrame cerebral.
Más de un mes pasó el cadáver de Cristina en el Tanatorio Norte de Madrid, debido a la insistencia de la familia para esclarecer las causas de su muerte. Sus hermanas, Trini y Mari Pepa, llegaron a pedir una tercera autopsia para saber realmente cómo había muerto Cristina Ortiz.
Un mes después de su muerte, el cuerpo de La Veneno fue incinerado en el cementerio de La Almudena después de recibir el permiso por parte de su madre, María Jesús, y de sus dos hermanas. Tras esto, sus cenizas fueron repartidas. Una mitad descansa, ahora, en el Parque del Oeste, donde ejerció la prostitución, y la otra, en la casa de sus padres en el pueblo de Adra.
En el 2017, la familia intentó reabrir el caso para demostrar que, realmente, fue asesinada. Pero su lucha no pudo seguir adelante. Eso sí, debido a lo controvertido de su muerte, Cristina no pudo tener el funeral que siempre había deseado.
A pesar de esto, el pasado 11 de noviembre, más de cien personas se reunieron en el parque le había visto crecer y madurar para realizarle un pequeño homenaje al cumplirse cuatro años de su muerte.
Entre los asistentes, se encontraban la entonces portavoz de Más Madrid, Rita Maestre, la concejala Esther Gómez Morante o el diputado autonómico, Eduardo Fernández Rubiño. También, acudieron diversos miembros de la fundación Arcópoli y muchos de sus amigos. Todos ellos se reunieron alrededor de la placa otorgada por Manuela Carmena a La Veneno y que ha sido vandalizada en diversas ocasiones.