Mario Vaquerizo tiene muy claro cuál es la clave de su éxito. A sus 48 años puede decir alto y claro que ha conseguido todo lo que se ha propuesto en la vida: es periodista, ha consolidado un grupo de música con sus mejores amigos, ha protagonizado su propio reality, tiene una relación sentimental que le hace feliz y trabajar "sin tener la sensación" de que lo está haciendo. "Todo lo he conseguido porque me he mostrado tal y como soy. El público no es tonto, como espectador tú ves cuando alguien lo está haciendo de verdad o está impuesto", asegura.
A pesar de que esa energía y naturalidad se sienten cuando te encuentras con él, el periodista no tiene problema en admitir que se esfuerza mucho por mantenerse callado: "Hablo como un loro, pero con la edad que tengo ya no puedo cambiar". Y tampoco quiere hacerlo. Si algo tiene claro es que las cosas que se desean "de forma sana" se acaban consiguiendo y eso, además de un consejo, "es el gen vaquerizo", algo que hemos podido conocer en profundidad en esta charla exclusiva. Hablamos con el marido de Alaska sobre sus trucos de belleza, su relación, los cuidados de la salud mental, su grupo de música y de cómo afronta la década de los cincuenta.
Tu pelo es tu seña de identidad, ¿verdad?
Hombre yo creo que el pelo es una seña de identidad para cualquier persona que le guste sentirse guapo y también crea en que es muy importante tener un buen cuidado capilar. De lo que más contento estoy es que últimamente estamos educándonos en que los hombres también se cuiden el pelo, se lo hidraten, se lo sepan cepillar bien y consuman los productos adecuados para tener una melena maravillosa. Y no solamente los hombres de pelo largo, también los de pelo corto se lo cuidan bien. Yo creo que es vital porque es una seña de identidad.
¿Qué cuidados aplicas en tu melena?
Yo me lavo el pelo con un buen champú. El pelo es como el cuerpo, hay que hidratarlo. Yo tiendo a tenerlo un poco encrespado y acudo al acondicionador.
Cada vez más famosas abogan por las canas, tú fuiste pionero en eso ¿Cambiarías de look?
Sí, yo he sido pionero en el mundo de las canas. Durante mucho tiempo me teñía, pero me di cuenta que conforme pasaban los años me sentía más cómodo mostrando un lado más natural. Yo vengo de un padre que ha tenido el pelo blanco siempre y era y es uno de los chicos más guapos. La cana no tiene que verse asociada a la vejez, yo la cana la asocio a la madurez. Cuando somos más maduros estamos más guapos que cuando somos pequeñitos. Me veo muy guapo y encima mi mujer me ve más sexy, así que de momento no creo que cambie de look. Estoy más guapo así, y como te ven te tratan. Como yo me veo guapo, la gente me seguirá viendo guapo.
¿Cuáles son tus cinco tips de belleza?
Salir bien peinado a la calle, bien vestido, bien maquillado, mirarme mucho al espejo y estudiarme las poses que voy a hacer. Vivimos en el mundo de la imagen, no me creo a nadie que diga que no le importa su aspecto físico. Lo mismo que te importa el mental, que es muy importante, debería preocuparte el aspecto físico. En el momento que te gustas a ti mismo, seguramente gustes a todos los demás.
¿Que tips te aplicas en tu vida más allá de la belleza?
Madrugar, dormir una media de 7 horas y media ocho, ir al gimnasio a generar muchas endorfinas, trabajar, reírme de mí mismo y jamás juzgar a nadie.
Cada vez le damos más importancia a la alimentación, ¿sigues algún tipo de dieta?
Hay que tener una buena dieta equilibrada en la que comas de todo. Creo que hay que comer de todo en su justa medida, eso es lo que te da energía para desempeñar todos los trabajos. Yo soy una mariquita inquieta, si no tengo una buena alimentación no podría rendir. Cuando digo que siempre estoy a dieta, no es por la cuestión de adelgazar, es por estar mejor alimentado. Yo era de hacer burradas y me he dado cuenta con el paso del tiempo de que en la variedad está el gusto.
La situación de la pandemia ha empeorado, ¿cómo afrontas la nueva oleada?
La situación de este virus que nos ha tocado vivir a nivel mundial hay que afrontarla con mucha precaución y sentido común. La realidad es la que es, hay momentos en los que se disparan los contagios, por eso yo abogo por el buen uso de todo. Si te tienes que vacunar, te vacunas. Si hay que llevar mascarilla, también. Lo que pasa es que también la información que recibimos los ciudadanos no es la mejor información. Seamos cautos y apliquemos el sentido común porque no queremos enfermarnos. Si es cierto que la situación es un poquito desesperante, pero hay que tener paciencia. Hay días que no la tenemos y te engorilas, pero el sentido común es estar más pendiente de las cosas porque ni los sanitarios saben como va esto.
Lo que peor llevo es que me cambie mis pautas de comportamiento. Yo soy de abrazar, de comerme a besos a la gente, soy de saludar, de hacerme fotos. Ahora me paro menos, no porque me moleste la gente, si no porque hay que tener autocontrol. Los conciertos del último verano han sido un rollo. Para mí eso es ver a la gente saltando disfrutando, con la mascarilla no ves la expresión de la gente. A mí la nueva realidad no me gusta, pero me ha tocado vivirla y tengo que adaptarme a ella.
Cada vez se habla más de salud mental y parece que es algo que está agravado por la pandemia, ¿cuidas mucho tu salud mental?
Aunque no lo creáis, la tengo muy bien trabajada. Yo voy al gimnasio por una cuestión de salud mental. Yo era un niño que era muy poco deportista, hace trece años cogí un entrenador y lo que era una cuestión física terminó siendo una cuestión mental. Yo estoy enganchado a las endorfinas, me encanta ir al gimnasio. Es una maravilla cuando sales a las 8 de la mañana y te sientes feliz, vas de subidón. La salud mental es importante cultivarla, igual que el amor, la educación, el buen gusto, los sentimientos, etc. Todo lo que te haga sentirte bien, lo tienes que hacer. Cuando me vuelo loco, me vuelvo loco, pero al día siguiente tengo que estar normal. A mí el glamour de la locura no me gusta mucho.
Alaska dijo en una entrevista que ella tiene un espíritu muy viejo y tú eres el joven, 47 años, ¿cómo afrontas la década de los 50?
Estoy deseando iniciarla. Yo creo que cuanto más años vivas mejor persona serás y más cosas disfrutarás. A la vez también tendrás situaciones adversas, pero la vida es la vida. A mí me encanta la vida, adoro la vida, me encanta vivir. Ojalá pudiera llegar a los 120 años, pero no por una cuestión de aferrarme y no querer desaparecer, si no porque todo lo que tengo me gusta. Soy muy disfrutón, me gusta disfrutar de la vida, lo que espero es que la cabeza me acompañe con el cuerpo. Yo me siento más guapo ahora con 48 años que voy a cumplir que cuando tenía 15. La adolescencia, qué edad más fea, dudas de todo. Me gusta la madurez y lo afronto con alegría y optimismo.
Y lo de Alaska, yo creo que hay que tener cuidado porque dos que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma condición. Creo que últimamente nos estamos intercambiado los papeles, y digo yo que esto no puede ser, como seamos las dos viejas no puede ser. El éxito de las relaciones está en el equilibrio. Si fuéramos los dos iguales sería un coñazo. Ella tampoco es tan vieja como dice, ella es controladora. Le gusta controlar todo y no tiene capacidad de improvisación. Desde que se levanta por la mañana tiene establecido cómo va a ser su día y eso siempre le digo que puede crearle frustración.
Siempre has dicho que nadie daba un duro por vuestra relación y, si no me equivoco, han pasado 22 años. ¿Qué balance harías de tu matrimonio?
Hay mucha gente que la sigue cuestionando, pero a mí me da igual. El balance que yo hago es de plenitud. Yo cada día que me levanto tengo claro que a día de hoy es la persona con la que quiero compartir mi vida y tengo la suerte de que ella también quiere. Hasta para eso tienes que tener suerte. Yo me siento muy afortunado por la suerte que tengo con Alaska, y eso no quiere decir que no tengamos momentos de pelearnos, o de que uno no esté al 100%. Pero eso es la relación. Es una relación que se mantiene a día de hoy porque también te la trabajas. Cuando curras y lo haces de una forma que sale, que no se te impone, eso hace que una relación fluya.
También tenemos la suerte de compartir amigos, de no tener que estar juntos siempre. Yo no tengo duda de cuando ella se va a actuar, ni ella tiene duda de cuando yo me voy por ahí o estoy con mis amigos. Yo soy muy patriarca, para mí mi mujer es muy importante pero también lo son mis amigos, soy muy familiar. No tengo ningún amigo que no sea amigo de Olvido, y viceversa. Entonces no tengo necesidad de buscar otra cosa porque no te sale y porque me siento pleno, lleno y feliz.
¿Y de las Nancys Rubias?
Estamos hablando de familia, de una verdadera historia de amistad. En el 2004 decido formar un grupo y llamo a mis amigos, a Juan Pedro, a mi hermana y a Miguel, tres personas que son vitales en mi vida. Me equilibran mucho y tenemos mucha confianza, discutimos y nos adoramos. Cuando nos vamos a dar conciertos soy feliz, porque no solo voy a trabajar, también voy a trabajar. Atracamos las gasolineras, tomamos cerveza, vamos a buenos hoteles, damos un concierto y encima nos pagan por ello. Nunca pretendimos vivir de la música y, como yo siempre digo, la pretensión crea frustación. Como nunca pretendimos hacer nada, simplemente divertirnos, pues tenemos éxito sin sonar en las radios comerciales, nos llaman de pueblos y ciudades para hacer sus fiestas patronales.... El balance es superpositivo.
En alguna entrevista te has definido como "hombre orquesta" porque tocas todos los palos, ¿hay algo que todavía te falte por hacer?
Soy un hombre renacentista, me gusta aglutinar muchas cosas y hacer de todo. Tengo mucho interés en las cosas y tengo la suerte de que mis aficiones se han convertido en mi modo de vida. Trabajo mucho pero no tengo la sensación de trabajar. A día de hoy no hay nada que me quede por hacer, todo lo que he querido hacer lo he hecho. Todo lo he conseguido porque me he mostrado tal y como soy. El público no es tonto, como espectador tú ves cuando alguien lo está haciendo de verdad o está impuesto. Las cosas que se desean de forma sana se acaban consiguiendo, y eso es el gen Vaquerizo.